Un círculo vicioso perverso. Las baterías de los vehículos eléctricos son aún muy caras y elevan tanto sus precios que solo algunos modelos grandes de marcas exclusivas pueden asumir el sobrecoste. Pero cuanto mayores son, más pilas necesitan para moverse, y como pesan mucho, unos 500 kilos más, aumentan el peso y el consumo, lo que reduce el rango de uso. Para compensarlo hay que añadir más baterías, lo que vuelve a subir el precio, el peso y el gasto de energía, y limita la mejora de la autonomía.
Las consecuencias de esta espiral se reflejan en los protagonistas de la prueba, tres SUV grandes y exclusivos (4,7 a 4,9 metros de largo): Mercedes EQC, Jaguar i-Pace y Audi e-tron. Son modelos pioneros y equivalentes, a los que se habría unido el Tesla Model X, algo mayor (5,05 metros), pero acaba de recibir algunas mejoras y no había unidades disponibles. Sin embargo, ninguno puede cumplir como primer coche familiar porque apenas llegan a 300 kilómetros de autonomía real, y solo en ciudad o autopistas de trazados sin mucho cambio de relieve ni complicaciones.
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Y con ritmos de marcha moderados y hasta inferiores a 120 km/h para no acortar la autonomía. Además, sus grandes baterías exigen largos tiempos de carga, su principal inconveniente: unas 40 horas en enchufes domésticos y 11 en los postes para garajes (Wallbox). Solo con los de carga rápida (100 kW para arriba) recuperan el 80% en unos 40 minutos para poder viajar. Pero por ahora son testimoniales y no cubren ni las principales autopistas.
En pocas palabras
El Mercedes se impone, pero más por argumentos clásicos y precio que por eficiencia eléctrica. Destaca por su impecable diseño, tiene un interior elegante y una mecánica contundente, y aparte de ser más asequible, viene más equipado. Pero lo mejor es que ofrece un tacto y confort de marcha sobresalientes que compensan unas baterías más pequeñas, 80 kWh, y su menor autonomía: 416 kilómetros oficiales y 288 en la prueba. Se vende en versión única con dos motores que suman 408 CV (desde 77.425 euros).
El Jaguar es segundo y aporta más eficiencia y autonomía, en parte gracias a la carrocería de aluminio, que le permite ser 300 kilos más ligero que sus rivales. Tiene la línea y carácter más deportivos y es el más versátil porque incluye programas para circular fuera del asfalto. Aunque las prestaciones son solo algo superiores a las del Mercedes, optimiza mejor las baterías y ofrece 470 kilómetros oficiales y 332 de rango en la prueba. Tiene dos motores de 200 CV que suman 400 CV, baterías de 90 kWh y tres acabados (de 80.400 a 94.600 euros).
El Audi empata casi con el Jaguar porque es el más caro y viene menos equipado. Pero destaca por su contundencia estética y es el más práctico, con el interior más amplio y el mejor maletero. En cambio, pesa más y es menos eficiente, porque aunque equipa las baterías más grandes, 95 kWh, tiene menos autonomía que el Jaguar: 417 kilómetros oficiales y 309 en la prueba. Y se vende con dos motores que suman 408 CV, y cinco acabados (de 82.500 a 115.040 euros).
Análisis completo
• CONDUCCIÓN
Potencia eléctrica en resolución premium. Son coches a pilas, pero no están pensados para ahorrar energía, sino para no contaminar mientras circulan y disfrutar las ventajas ecológicas, y también dinámicas, de esta tecnología. Y es que los tres destacan por su poderío: 400 CV el Jaguar y 408 el Audi y el Mercedes, e incluyen dos motores debajo del piso, uno en cada eje, para ofrecer tracción 4×4 eléctrica. Además, no llevan cambio, solo una transmisión de velocidad única que funciona como un automático, aunque no pasa las marchas. Y salvo el i-Pace, incluyen unas levas detrás del volante para retener más al frenar y recargar más energía en las baterías. ⇒ Más información
• COSTES DE USO
Los costes de uso son el punto fuerte de los eléctricos: apenas cuatro euros cada 100 kilómetros en los tres, y un 40% menos cargando con tarifas nocturnas. Pero por su peso doblan los costes de los utilitarios de baterías. ⇒ Más información
• VIDA A BORDO
Todos son coches grandes, con mucho espacio interior y unas plazas delanteras amplias y confortables. Atrás son también desahogadas para alojar tres adultos, aunque con ventaja del Audi, que es más ancho en la zona de los hombros y ofrece más espacio para las piernas. El Jaguar y el Mercedes son muy parecidos, porque el primero es más amplio en la zona de las rodillas y el otro a la altura de los hombros. ⇒ Más información
• AL DETALLE
Mercedes EQC. Elegancia, calidad y confort
Jaguar i-Pace. Deportividad y autonomía.
Audi e-tron. Imagen y funcionalidad. ⇒ Más información
• IMAGEN Y DISEÑO
A la elegancia por la sencillez. Es la receta ganadora del Mercedes EQC y tiene un resultado impecable. Por delante presenta una parrilla generosa que recoge los faros y le da un toque deportivo. Pero el lateral y la zaga son muy limpios y crean una imagen exquisita, sin adornos superfluos. El Audi también tiene poderío, pero prima más el músculo y lo refleja en la vista lateral con cintura alta de la chapa y la prominencia de las aletas. El Jaguar elige una tercera vía y basa su deportividad en una silueta más baja y afilada, y la original parrilla en forma de tobera de la marca. ⇒ Más información
• PRECIOS Y EQUIPAMIENTO
Precios prohibitivos. Los tres son SUV grandes de marcas exclusivas, ya de por sí caros, pero cuando suman la mecánica eléctrica se disparan los precios. El Mercedes EQC cuesta 77.425 euros, el Jaguar i-Pace sube a 80.400 y el Audi e-Tron llega hasta 82.500 euros. El equipo de serie es bastante completo, pero no está a la altura del precio. ⇒ Más información
CONCLUSIÓN
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