Renault Scenic E-Tech: muchas luces y alguna que otra sombra

El 'crossover' eléctrico, recientemente proclamado Coche del Año en Europa, sorprende en diversos aspectos, varios de ellos tecnológicos.

Renault Scenic
En la trasera del Scenic destacan las dos aletas inferiores verticales.

Utiliza la misma plataforma del Megane E-Tech Electric, pero en el caso de este Renault Scenic E-Tech se trata de un coche más grande. Tanto que le supera en 27 centímetros de largo, alcanzando los 4,47 metros. También es 10 centímetros más ancho (1,86 metros) y seis más alto (1,57 metros).

Pero a pesar de esta altura, no lo es tanto como otros SUV del segmento C, donde se podría ubicar. El resultado es una mezcla entre una berlina y un crossover, ya que, además, los pasajeros no van sentados tan altos como en los superventas. Tampoco hay que olvidar que este Scenic ya es un coche 100% eléctrico y que no tiene motores de combustión.

Estética futurista y agresiva

Esos faros tan rasgados y encastrados entre el paragolpes y el capó parecen mirar enfadados. Es un frontal muy llamativo y agresivo, pero a la vez moderno y tecnológico, flanqueado por unas luces verticales compuestas de diversos filamentos horizontales.

Las llantas de 20 pulgadas en esta versión de pruebas, con acabado esprit Alpine, enfatizan ese aspecto futurista y de vehículo familiar pero deportivo.

En la zaga, las aletas verticales de los exteriores son la base para unos pilotos en forma de L y que, curiosamente y dada la tendencia actual de muchos eléctricos puros, no se unen con una gran tira de luz led que recorra todo el ancho del vehículo.

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Su autonomía eléctrica real rondará unos 450 kilómetros.

Interior: luces y sombras

La marca podía haber puesto tanto empeño en mejorar los materiales del salpicadero o del revestimiento de las puertas como en las pantallas digitales disponibles.

Porque un vehículo que se ha proclamado Coche del Año en Europa 2024 defrauda un poco al comprobar el plástico duro que recubre, sobre todo, el interior de las puertas, tanto delanteras como traseras.

Y es que el diseño está bien conseguido. Aunque la palanca del cambio automático está muy cerca de la del limpiaparabrisas y eso hace que más de una vez se activen los limpias en lugar de meter la marcha atrás, por ejemplo.

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Dos pantallas digitales de muy buena visualización y palanca de cambios demasiado cerca de la del limpiaparabrisas.

Pero lo bueno gana por goleada. Comenzando con sus dos pantallas unidas, la de la instrumentación de 12,3 pulgadas, la de infoentretenimiento de 12 y disposición vertical. Es compatible con Android Auto y Apple CarPlay de forma inalámbrica y se pueden descargar decenas de aplicaciones de Google Play. Ambas pantallas se ven muy bien y su software es muy rápido de movimientos… y pensamientos.

Se puede hablar de otra pantalla o, mejor dicho, monitor. El que luce el retrovisor interior procedente de una cámara que toma las imágenes traseras. Acostumbrarse requiere de un periodo de adaptación, ya que al principio marea un poco. Pero con la misma palanca del retrovisor se puede cambiar al modo normal, en el que solo será un espejo.

Desde el cómodo asiento del conductor, el volante, achatado por arriba y por abajo, resulta de ideal tamaño. Y al mirar hacia arriba, se encuentra el Solarbay, un techo de cristal panorámico que se vuelve opaco por segmentos gracias a una tecnología de campos electromagnéticos que desplaza las moléculas para su opacificación total o parcial. Eso sí, es opcional y vale 1.500 euros.

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El techo solar Solarbay es opcional y vale 1.500 euros.

Buena zona para los pasajeros

Los asientos traseros disfrutan de mucho hueco en todas las cotas, pero llama la atención el piso plano, gracias a su plataforma eléctrica y a que tiene una distancia entre ejes de 2,78 metros. Aun así, el maletero cuenta con una buena capacidad de 545 litros, aunque tiene el borde de carga muy alto, y el fondo del maletero se encuentra muy abajo.

Una de las cosas que llaman la atención en la zona trasera es que el reposabrazos central aloja dos brazos giratorios que, al desplegarse, cuentan con unas ranuras para alojar móviles o tabletas en posición de visionado. Eso sí, si se pliega el reposabrazos, esta plaza central resulta muy incómoda para largos viajes.

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Brazos portamóviles muy útiles para los pasajeros traseros.

Mecánica 100% eléctrica y 100% agradable

No hay motores de combustión en el nuevo Scenic. Solo habrá dos versiones, de 125 kW (170 CV) y 160 kW (220 CV). La segunda es la que corresponde a esta unidad de pruebas y que se asocia a una batería de 87 kWh.

En marcha es un coche muy agradable de conducir en todos los sentidos. Para empezar, sus cuatro modos disponibles (Eco, Comfort, Sport y Personal) modifican la respuesta del acelerador y la dureza del volante, más lo primero que lo segundo.

Y es que en cuanto se cambia, por ejemplo, de Eco a Sport, sin modificar la posición del pie en el acelerador, se nota que comienza a ganar velocidad mucho más deprisa. La dirección se endurece algo, pero la diferencia es mucho menor que con el acelerador.

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En el modo Sport, el carácter del Scenic cambia mucho.

A pesar de rozar las dos toneladas, sorprende lo bien que se mueve… en todos los sentidos. Para empezar, con una aceleración homologada de 0 a 100 km/h en menos de ocho segundos. Aunque en marcha, y en el modo Sport, parecen un par de segundos menos.

Además, no es un coche especialmente nervioso en cambios de dirección, a pesar de esa masa trasladada, gracias a un chasis bastante neutro y que no muestra los balanceos típicos en otros SUV. La suspensión funciona mejor a más velocidad, porque en ciudad y despacio se muestra algo rebotona.

Mención aparte merece el capítulo de frenos. Y es que sobresalen por tacto y potencia respecto a otros vehículos eléctricos. Además, con las levas situadas tras el volante se puede elegir entre cuatro niveles de frenado regenerativo (más o menos invasivo) para recuperar energía.

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Detrás hay mucho espacio, pero el asiento trasero central es incómodo en largos viajes.

Con todo esto, el consumo puede variar mucho. Homologa 17,2 kWh/100 km para obtener hasta 611 kilómetros de autonomía, pero, este dato parece una quimera. También es cierto que si se circula de forma tranquila por ciudad el consumo rondará los 20 kWh/100 km. Pero en carretera, a ritmo legal ya sube hasta entre 22 y 23, y si se circula con alegría, en modo Sport, se rondarán los 30 kWh/100 km o más. Con esto y haciendo una media, se pueden alcanzar los 450 kilómetros de autonomía sin mayor problema, lo que está realmente bien.

Con el cargador embarcado, de 7 kW, se cargará esta batería al 100% en unas 12 horas.

Precio y equipamiento

El acabado esprit Alpine de este Scenic de pruebas no es el más alto de la gama, pero casi. Y el equipamiento es más que completo. Su precio es de 48.015 euros, pero con los 7.000 euros del Moves III se queda en 41.015 euros, lo que no está nada mal. Por encima solo se sitúa el acabado iconic.

Su equipamiento es de lo más completo e incluye asientos delanteros y volante calefactables, apertura de maletero eléctrica, cargador inalámbrico para el teléfono, cámara de visión trasera y faros led adaptativos, entre otros muchos elementos.

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El maletero tiene mucha capacidad, pero un borde de carga muy alto.

En cuanto a seguridad, cuenta con detector de fatiga, alerta de salida de carril y asistente de mantenimiento de carril o frenada de emergencia asistida con detección de peatones.

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