BMW iX, Mercedes EQS, Cadillac Lyric… Coches con pantallas como teles

Los fabricantes empiezan a aplicar imágenes en 3D y realidad aumentada, y preparan techos panorámicos con transparencia graduable.

Coches del futuro pantallas
La pantalla Hyperscreen que este mes estrenará el Mercedes EQS.

De los salpicaderos llenos de botones de los años ochenta, a las pantallas que lo ocupan todo. El universo multimedia de los automóviles se expande y muestra casos como las cuatro pantallas del Porsche Taycan o las cinco del Audi e-tron. Y esos ejemplos empiezan a quedarse cortos.

La revolución ha llegado en la última década, con el uso cada vez más común del cuadro de instrumentos digital y, aun antes, con la generalización de grandes pantallas como solución para el sistema multimedia. La del Tesla Model S es una de las más llamativas y este año se estrena en posición horizontal.

En muchos modelos, este accesorio agrupa casi todos los controles de los sistemas de navegación, audio y climatización, del ordenador de a bordo o de los modos de conducción. Todas son táctiles (salvo las del cuadro de instrumentos, meramente informativas) y muchas integran funciones hápticas, esto es: simulan el tacto y el sonido de un botón físico cuando se aprieta sobre ellas.

Solo es el primer paso. Ahora las pantallas empiezan a fundirse unas con otras y a extenderse por el salpicadero, al punto de que lo abarcan casi todo y no se detendrán ahí: enseguida, antes o después, conquistarán las ventanillas, el parabrisas e incluso el techo. Vendrán de la mano de los coches autónomos: el coche como sala de cine y espacio publicitario. Algunos coches ofrecen ya señales de este crecimiento.

Pantalla del BMW iX.

Pantallas cada vez más grandes

El gran SUV eléctrico BMW iX refleja los avances de esta tecnología con un conjunto formado por el cuadro de instrumentos y la consola central, de 12,3 y 14,9 pulgadas, respectivamente, que recogen toda atención del conductor y los pasajeros en el habitáculo.

De un modo similar, la pantalla en 3D ligeramente curvada del Lyric, prototipo que adelanta cómo serán los SUV de la marca estadounidense, recorre casi todo el frontal del interior del coche. Son 33 pulgadas con un enorme espacio central para la instrumentación.

Cadillac Lyric.

Y Mercedes, por su parte, propone alcanzar ya el siguiente nivel con la Hyperscreen, una enorme pantalla que ocupa todo el ancho del salpicadero y que se estrenará en el Mercedes EQS, su primera berlina eléctrica. Llegará el próximo otoño con una anchura de 141 centímetros y un área de un cuarto de metro cuadrado. Respecto al uso, la marca alemana ha optado por un sistema sin capas, es decir, sin menús ni submenús. También el Mercedes Clase S cuenta con un elemento visual de gran tamaño.

Mercedes Clase S

La evolución de los head-up display

Antes de que los parabrisas se conviertan en pantallas de cine con la llegada de los coches autónomos, esta superficie se va a utilizar cada vez más a menudo como fuente de información para los conductores. Los sistemas head-up display proyectan sobre ellos (o sobre una pantallita transparente específica, situada en la línea de visión del conductor) datos básicos para el automovilista, como la velocidad o la lectura de señales de tráfico.

Y ya exprimen las posibilidades de la realidad aumentada, por ejemplo con gráficos que aparentan estar sobre la carretera para indicar la necesidad de un giro. Ocurre así, por ejemplo, en el próximo Audi Q4 e-tron, recién desvelado. Panasonic, según información de Carglass,  ha avanzado la siguiente evolución en esta materia, para evitar distracciones y problemas de seguridad vial: su tecnología de seguimiento ocular analiza la mirada del conductor para proyectar la información en el lugar correcto.

Simulación del ‘head-up display’ de Panasonic.

La tecnología en 3D no solo aporta información y lucimiento estético a los coches, sino que ayuda a los conductores a descifrar con mayor eficacia lo que ven: reaccionan antes y calculan mejor la profundidad y las distancias. Los objetos gráficos se aprecian como si fuesen reales: a partir de ahora se conducirá cada vez más a través de las pantallas.

Lunas de opacidad variable

El próximo Cadillac Celestiq incorporará un techo de cristal capaz de ajustar diferentes niveles de transparencia en sus cuatro cuadrantes. Lo próximo serán los parabrisas de transparencia variable: dejarán pasar la luz cuando el conductor lo requiera –o cuando los pasajeros quieran ver el paisaje, si es que hay conductor– y serán opacos en caso de que los ocupantes prefieran ver una película.

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