Los motores híbridos están a la orden del día en la industria del automóvil. Desde los microhíbridos a los híbridos enchufables, están colonizando los catálogos de las marcas. La hibridación se antoja como el mejor paso antes de llegar a la electrificación total del mercado, ya que estos propulsores son más respetuosos con el medioambiente, consumen menos combustible y son mucho más eficientes que los motores convencionales.
Sin embargo, en el mundo de las dos ruedas se lleva algo de retraso en el desarrollo de estos sistemas de propulsión. Yamaha, Kawasaki y Honda ya han dado a conocer diferentes patentes en esta dirección y se espera que puedan presentar algunos modelos a lo largo del próximo año.
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No obstante, Ducati no parecía estar trabajando en el desarrollo de motorizaciones híbridas, aunque quizá, tras encontrarse con el proyecto de la tesis de fin de curso de Daniel Kemnitz y su espectacular Ducati Ghost, cambien de idea.
Una motorización híbrida
Ducati se encuentra metida de lleno en el desarrollo de motores eléctricos. Hace unos meses anunció que se convertirá en el proveedor único de la categoría de Moto E (dentro del Mundial de MotoGP) y que será su banco de pruebas para el perfeccionamiento de sus futuros modelos a pila.
En cambio, el eje de esta Street Fighter, que ha sorprendido gratamente a los profesores de la escuela de diseño IED de Turín, es su sistema de motores: un propulsor térmico y uno eléctrico perfectamente integrados en la estructura.
El motor de combustión interna es un bicilíndrico paralelo de 500 cc que rinde 80 CV. Por su parte, el motor eléctrico sin escobillas ofrece 70 CV. El impulsor térmico está pensado para arrancarse manual o automáticamente a partir de los 80 km/h. La idea de su diseñador es que esta combinación, que desarrolla 150 CV, pueda trabajar conjuntamente o cada uno por separado dependiendo de las necesidades.
Un depósito de gasolina de 10 litros, integrado en el sillín de la moto, sería el encargado de alimentar el motor de combustión, mientras que del eléctrico se encargarían un par de baterías con un diseño cilíndrico alojadas bajo el propio motor.
La parte de ciclo
El modelo se completa con una parte de ciclo a la altura de lo que demandan los entusiastas de la fábrica de Borgo Panigale. Llama la atención el bastidor de tipo doble viga en fibra de carbono para aunar ligereza y rigidez. La suspensión delantera dispone de dos brazos rígidos y un amortiguador vertical situado en la parte inferior de la pipa de dirección.
En la zaga destaca un tremendo basculante monobrazo y una llanta con un diseño semilenticular. La rueda delantera es de radios asimétricos sobre la que se monta un enorme freno perimetral. Un sistema de iluminación Full LED y la instrumentación TFT rematan el conjunto.
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