La tecnología de la conducción robotizada es una realidad. Son ya muchos los ejemplos que avanzan rápidamente en su desarrollo y los vehículos robotizados de Waymo o Cruise, entre otros, ya funcionan con normalidad de forma experimental en algunas ciudades y campus universitarios.
Y ya está cerca del punto de inflexión para el despegue definitivo de la automatización en el transporte de personas y mercancías. O por lo menos ese es el vaticinio de la consultora británica IDTechEX.
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En un reciente estudio, demuestra con datos que para 2024 la conducción autónoma ya superará a la humana y sus niveles de seguridad serán cada vez más fiables.
También apunta que esta tecnología depende, para su implantación definitiva, de avances en otros campos. Por ejemplo, la implantación de la conectividad 5G o las no menos importantes modificaciones legislativas.
El caso de Tesla
Bien es cierto que los sistemas actuales todavía son imperfectos, como por ejemplo el Autopilot de Tesla, que es el más extendido y ha protagonizado polémicos accidentes. Pero el informe de IDTechEX reitera que el desarrollo y la precisión de estos dispositivos autónomos van a avanzar considerablemente en muy poco tiempo.
De hecho, Elon Musk acaba de anunciar que su sistema Autopilot ya estará preparado dentro de un año para funcionar al 100%. Es decir, en conducción autónoma de Nivel 5.
Por su parte, la consultora internacional que ha realizado el informe va incluso más allá. Estima que a mediados de este siglo los robotaxis harán innecesarios el concurso de los conductores humanos. E incluso sostiene que la ley les impedirá sentarse a los mandos de un automóvil.
Las grandes oportunidades en la industria de sensores
Es una circunstancia prevista por el estudio para 2050 en los EE UU, país donde se ha realizado el informe. Los autores del informe han tenido en cuenta entrevistas con expertos y recaban datos sobre el progreso de la conducción autónoma de la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA, por sus siglas en inglés).
Y aunque no se trata de una predicción categórica, parece un pronóstico probable, teniendo en cuenta otros factores como el desarrollo de las tecnologías esenciales para la conducción autónoma. Por ejemplo, el de la industria de los sensores que equipan los vehículos autónomos. El sector crece en el mundo a un ritmo del 30% anual (CAGR).
Y es precisamente en este campo donde el estudio anuncia grandes oportunidades para las empresas tecnológicas. Radares, lídares, cámaras, sensores infrarrojos, conectividad, teleoperadores, programación, inteligencia artificial… serán los motores que harán posible esta nueva realidad en el transporte.
Una realidad que, según IDTechEX, llegará dentro de tan sólo dos décadas y que podría desplazar a los humanos para tomar el control de los automóviles.
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