El fundador de la empresa Mitsubishi fue Iwasaki Yataro, un notable y adelantado emprendedor originario de la ciudad de Kochi (Japón) que vivió entre 1835 y 1885. En su origen, se estableció en 1870 como una compañía de transporte marítimo llamada Tsukumo Shokai, surgida por la necesidad de sacar al país asiático de su secular aislamiento.
Ya en aquellos tiempos, en los que se gestaban los grandes enfrentamientos bélicos por llegar a comienzos del siglo XX, Yataro demostró una gran sagacidad para expandir su negocio. Y así, durante la primera guerra chino-japonesa, proporcionó al Ejército de su país el transporte marítimo necesario para que las tropas niponas desembarcaran en Taiwán.
Un acto de patriotismo que tras el conflicto le valió a Yataro sumar otros 30 buques más a su flota, gracias al agradecimiento gubernamental.
Además, a partir de entonces, el Gobierno del sol naciente le cedió el servicio postal nacional, heredando también todo su personal, con lo que nació una nueva y poderosa compañía naviera bautizada como Mitsubishi Mail Steamship.
De la minería a la aeronáutica
Pero mientras las actividades marítimas seguían su curso viento en popa, la compañía comenzó a diversificar sus actividades en tierra. Primero con la minería, extrayendo carbón en Takashima y cobre en Yoshioka.
Después, probó con el negocio inmobiliario, comprando grandes extensiones de terrenos pantanosos en Tokio. Con el posterior crecimiento urbano, le reportarían pingües beneficios.
Con los basamentos de la compañía bien consolidados, el hijo de Yataro, Hisaya, tomó su relevo en 1893. Diplomado en la Universidad de Pensilvania (EE UU), introdujo nuevas técnicas occidentales tanto en sus operaciones industriales como en las comerciales.
Asimismo, creó grandes subdivisiones empresariales que abarcaron todos los sectores: banca, inmobiliaria, minería y construcción naval, entre otros.
Y la modernización de la empresa continuaría a grandes pasos a la llegada de Koyata, nieto del fundador, que se hizo cargo de la empresa en 1916. La compañía de la que nació Mitsubishi experimentó entonces una nueva reestructuración.
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Las divisiones se transformaron en compañías de gestión independiente, extendiéndose con el tiempo a otras actividades que por entonces eran de vanguardia. Por ejemplo, la fabricación de aparatos eléctricos, productos químicos, automóviles, camiones y aviones.
Esta gran diversificación de actividades industriales se culminó con la creación de la Mitsubishi Heavy Industries, que a día de hoy sigue siendo uno de los grupos empresariales más importantes de Japón y con una gran proyección internacional.
El primer automóvil
Fue precisamente en los inicios de este periodo cuando Mitsubishi se lanzó, casi de forma experimental, a la construcción de automóviles. El primero fue el Model A de 1917, un vehículo inspirado en los Fiat de la época, prácticamente artesanal y fabricado en los astilleros navales de Kobe.
Su carrocería era de madera y disponía de un motor de 35 CV que le permitía desarrollar una velocidad máxima de 30 km/h. Hasta 1921, se construyeron tan solo 22 unidades.
El siguiente hito de Mitsubishi se llamó PX33. El proyecto se desarrolló bajo un clima prebélico y, presentado en 1936, sería el primer vehículo de cuatro ruedas motrices de la marca, que ya había despuntado cinco años antes al desarrollar el primer motor diésel japonés.
En cuanto al PC33, se le puede considerar el antecedente de una larga saga de prestigiosos modelos todoterreno, como el Pajero/Montero o el posterior Outlander, que desde entonces también han hecho famosa a la marca más allá del asfalto.
Expansión a EE UU y Europa
El estallido de la II Guerra Mundial trajo consigo otro tipo de protagonismo para Mitsubishi. Entre otras aportaciones bélicas al Ejército imperial, suministró a su aviación el cazabombardero A6M Zero. Un avión que destacó en combate por su gran maniobrabilidad y radio de acción, pero que se hizo también famoso por los temibles ataques suicidas de los pilotos kamikazes.
Al finalizar la guerra, las exigencias impuestas a Japón por la Administración del general McArthur obligaron a la disolución del conglomerado industrial de Mitsubishi, que se disgregó en 139 empresas diferentes. Y muchas cambiaron incluso de nombre y dejaron de identificarse con su tradicional logotipo para vencer las reticencias occidentales a sus productos.
Principalmente centrada en la fabricación de camiones y autobuses, no sería hasta los años setenta cuando Mitsubishi se diera a conocer en el mercado internacional como gran fabricante de automóviles.
Bajo el nombre de Mitsubishi Motors Corporation, se asoció con Chrysler para expandirse en Estados Unidos y también con Volvo para hacer lo propio en Europa y poder fabricar sus coches en Holanda.
El primer modelo eléctrico fabricado en serie
A partir de entonces, coches como el utilitario Colt, la berlina Lancer o el cupé deportivo Eclipse se unieron a los reputados modelos 4×4 para que la marca consiguiera una proyección mundial.
La compañía sufrió un gran revés a finales de los años noventa provocado por el estallido de la burbuja financiera en Japón, y el grupo Daimler-Chrysler adquirió el 34% de sus acciones. Aunque esta alianza se acabó en 2005, y fue entonces cuando Mitsubishi entró en la órbita del grupo francés PSA.
Una colaboración que dio lugar a un trasvase de tecnologías entre ambas compañías. Mientras la compañía francesa suministraba los motores diésel para el Outlander, la japonesa desarrollaba el i-Miev, primer coche eléctrico fabricado en serie, y que también fue comercializado bajo las siglas de Peugeot y Citroën.
Sin embargo, otro importante descalabro financiero aguardaba a Mitsubishi en EE UU, cerrando su fábrica en 2015 por el desplome de las ventas. Un año más tarde, tuvo que hacer frente a un escándalo en la homologación de emisiones similar al de Volkwagen.
Pero esta vez sería su compatriota Nissan quien acudiría al rescate. Con una importante compra de participaciones, propiciaría que la compañía se sumara después a la gran alianza Renault-Nissan-Mitsubishi, que se ha alzado como el tercer fabricante mundial por ventas (7,7 millones de unidades en 2021).
Un nuevo SUV para 2023
Ahora Mitsubishi se prepara para dar el salto definitivo a la electrificación de la que ha sido pionera. En España, la gama se centra en el utilitario Space Star, uno de los coches más asequibles del mercado, y en el SUV familiar híbrido enchufable Eclipse Cross PHEV.
Además, pronto llegará el nuevo ASX, también electrificado y que además se fabricará en España. Para más adelante se espera un SUV que desarrollará a partir del prototipo XFC, y que podría llegar con una mecánica 100% eléctrica a partir de 2024.
En cuanto a la actividad deportiva, Mitsubishi ha conseguido grandes logros internacionales, como ser la marca que más veces ha ganado el París-Dakar (12) y la consecución de cuatro campeonatos del mundo de Rally, con Tommi Mäkinen al volante de un Mitsubishi Lancer Evolution.
La castaña de agua y un logotipo centenario
En lo que respecta a su simbología, la marca Mitsubishi se distingue con un logotipo inconfundible, presentando una insignia compuesta por tres figuras geométricas. Su origen se remonta a los inicios de la compañía en el siglo XIX y toma su forma de la castaña de agua, un bulbo muy utilizado en la cocina tradicional asiática.
Y este mismo emblema ya fue el que exhibieron los pabellones de los primeros barcos de la compañía naviera Tsukumo Shokai, germen de Mitsubishi.
A lo largo de su larga historia poco ha cambiado. El logotipo original quiso simbolizar la fusión entre el escudo de la familia de Iwasaki, formado por tres diamantes, y el del clan Tosa, para el que comenzó a trabajar de joven, y que representaba tres hojas de roble.
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Cuatro décadas informando sobre el mundo del motor y probando coches de todas las categorías. Después de trabajar en diversos medios especializados (Velocidad, Auto1, Solo Auto, Motor 16, Car and Driver, EcoMotor...), ahora en Prisa Media para seguir cubriendo la actualidad en plena revolución tecnológica del automóvil.