A medio camino entre un familiar tradicional y un moderno todocamino, el nuevo modelo de Citroën reinventa el segmento donde triunfó en otros tiempos con berlinas tan innovadoras como los BX, CX y XM. Fabricado en China, el Citroën C5 X presenta un original formato de tipo shooting brake con una carrocería más elevada que le otorga cierta vocación campera, pero sin renunciar al refinamiento y dinámica propios de una berlina viajera.
Ya está disponible con precios que van desde 34.400 hasta 49.100 euros, pero que bajan hasta 30.900 euros en la versión más asequible y 45.600 en la superior con los descuentos promocionales de lanzamiento.
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Dentro de la gama Citroën, el C5 X llega para cubrir el hueco que dejó en 2017 el C5 en sus dos versiones, berlina y break. Y lo hace con esta fórmula dos en uno, que de paso añade el toque SUV tan de moda.
Aunque su línea estilizada lo disimula, de cerca el nuevo modelo impresiona por su tamaño, ya que mide 4,80 metros de largo frente a los 4,5 que mide el C5 Aircross, que es el SUV familiar de la marca. El C5 X destaca por su frontal, con unos faros en V y una calandra de líneas futuristas.
Y su lateral dibuja una silueta muy del tipo todocamino por su altura, gracias a unas grandes ruedas de 720 milímetros de diámetro. Las protecciones en los pasos de rueda y los bajos de la carrocería refuerzan su imagen campera.
Una zaga llamativa
Es en la zaga donde el C5 X más se distingue del resto de modelos de su categoría por su anchura de hombros (1,8 metros) y una trasera inclinada al estilo cupé familiar del tipo shooting brake. A esto se añade una aerodinámica acentuada por dos alerones escalonados.
También es en su parte posterior donde el interior del francés aporta su mayor baza. Una vez abierto el portón (de accionamiento eléctrico de serie en el acabado superior), una amplia boca de carga da acceso a un maletero de grandes dimensiones. Tiene 545 litros de capacidad (485 en la versión Hybrid), que se puede ampliar hasta 1.600 litros plegando los respaldos. Además, como detalle práctico, dispone en el suelo de unos raíles para afianzar el equipaje y poder modular mediante paneles la generosa superficie de carga disponible.
La tecnología del C5 X
Los ocupantes disponen de un espacio muy holgado, y los asientos Advanced Comfort, especialmente diseñados para viajes largos, sobresalen por su refinada comodidad. El conductor, por su parte, cuenta con un salpicadero de concepción bastante clásica que, en contra de las tendencias actuales, recurre a algunos mandos físicos, como por ejemplo los de la climatización, que resultan más ergonómicos y sencillos de manejar.
Sin embargo, el C5 X tampoco olvida la moderna tecnología, presente en una gran pantalla central multimedia de 12 pulgadas que destaca por un funcionamiento bastante sencillo e intuitivo. Y otro detalle avanzado y muy práctico al conducir es la proyección de datos Extended Head Up Display, que mejora en la lectura porque proyecta más lejos la información (a cuatro metros del parabrisas) y tiene efecto 3D.
Y a esta tecnología también se suma un nuevo sistema de conectividad llamado My Citroën Drive Plus, que se actualiza en tiempo real en la nube. Mediante el Mirror Screen puede replicar el móvil en la pantalla de forma automática y sin necesidad de enlazarlo por cable.
Versión híbrida enchufable
La oferta mecánica solo contempla motores de gasolina, centrándose en dos versiones tradicionales y una tercera híbrida enchufable PHEV. Las primeras son los motores PureTech 1.2 (130 CV) y 1.6 (180 CV), mientras que la Hybrid añade al bloque 1.6 de gasolina un motor eléctrico que aporta 81 CV extra y es alimentado por una batería (100 kW) que proporciona al C5 X una autonomía eléctrica de hasta 55 kilómetros (WLTP). En cuanto a la caja de cambios, es la misma para las tres mecánicas: automática, secuencial con mandos en el volante, y de ocho marchas.
En la primera toma de contacto, ´por un trazado muy variado que incluyó autopista, carreteras comarcales y varios puertos de montaña, las versiones térmicas se mostraron más ágiles en general. La Hybrid (que es hasta 300 kilos más pesada según la versión) brilló por su exquisita amortiguación, ya que dispone de serie de una sofisticada suspensión adaptativa que ha requerido dos años de desarrollo.
Las versiones térmicas declaran un consumo medio de 6,0 y 6,5 litros (todavía pendiente de confirmación en el proceso de homologación WLTP), mientras que la híbrida enchufable adelanta un gasto de tan solo 1,3 litros en los primeros 100 kilómetros, siempre que se agote la batería circulando en modo eléctrico.
En condiciones reales, el motor Hybrid resultó el más interesante y completo para este coche. Registró un consumo medio de tan solo 3,7 litros/100 km sobre un recorrido de 120 kilómetros por todo tipo de carreteras, durante el cual se utilizaron alternativamente los cuatro modos de conducción disponibles: eléctrico, híbrido, confort y sport. La batería no llegó a agotarse del todo y finalizó con un remanente de 15 kilómetros, mientras que el motor eléctrico marcó un consumo medio de 7,5 kWh/100 kilómetros.
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Cuatro décadas informando sobre el mundo del motor y probando coches de todas las categorías. Después de trabajar en diversos medios especializados (Velocidad, Auto1, Solo Auto, Motor 16, Car and Driver, EcoMotor...), ahora en Prisa Media para seguir cubriendo la actualidad en plena revolución tecnológica del automóvil.