Al repostar, muchos conductores lo hacen con prisa por la falta de tiempo. Otros apuran al máximo la capacidad del depósito que tiene su coche para estirar la autonomía. Ambas prácticas han caído en el limbo de los mitos y las realidades: ¿es malo llenarlo a tope o hacerlo muy rápido?
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A qué velocidad hay que llenar el depósito
El boquerel del surtidor regula el paso del combustible y, por lo general, dispone de diferentes velocidades de llenado, según la fuerza con la que se presione la maneta.
- Cuando el depósito está casi vacío, es mejor utilizar la más rápida para no alargar innecesariamente el tiempo de repostaje.
- A medida que el nivel se va acercando al máximo, es mejor terminar el repostaje más despacio para evitar que por la presión se forme espuma en el conducto. Esto impide el llenado completo del depósito y al tiempo produce una excesiva evaporación.
- Si se quiere aprovechar la capacidad disponible para garantizar la máxima autonomía, es mejor terminar el llenado con precaución. De este modo, se evita que el combustible se derrame por el rebosadero o por la propia boca de carga.
Hay que recordar que de poco o nada servirá lo anterior si no se conduce de una manera eficiente. Respetar los límites de velocidad, evitar aceleraciones bruscas, no abusar del aire acondicionado, verificar la correcta presión de los neumáticos y mantener en buen estado la mecánica serán las claves para reducir los consumos y que se note en el bolsillo.
¿Es malo llenar el depósito hasta arriba?
Lo cierto es que no… siempre que se tenga cuidado en no rebasar la boca y provocar un derramamiento inútil de combustible en la gasolinera. Un incidente que, además de ser peligroso, deberá ser notificado de inmediato a los responsables de la estación de servicio.
La capacidad del depósito está diseñada y calculada para contener combustible hasta el tubo por donde se llena; los vehículos modernos, además, equipan sistemas para evitar cualquier peligro. Un rebosadero en la boca de carga garantiza la evacuación del combustible sobrante y el tapón se encarga de sellar herméticamente el tanque.
A esto hay que sumar una válvula de seguridad que evita que se forme una presión excesiva debido a los gases que se evaporan en el aire contenido en su interior. En ocasiones, y cuando el depósito está muy vacío, se notan al salir expulsados tras abrir el tapón.
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