Camiones y autobuses de hidrógeno verde, la gran apuesta de Europa

En un momento de gran incertidumbre energética provocado por el conflicto con Rusia, las autoridades europeas han validado un ambicioso programa de interés general. El proyecto cuenta con una inversión pública de 5.400 millones de euros que, completados con la aportación de fondos de la industria privada, se incrementará hasta casi alcanzar un techo de 14.000 millones. 

El plan Hy2Tech concierne al transporte pesado de mercancías y pasajeros como los camiones, autobuses, barcos y trenes. Y su contenido lo conforman una serie de proyectos que buscan una alternativa verde a los combustibles fósiles

A día de hoy, casi todo el hidrógeno disponible (H₂) se obtiene de los combustibles fósiles por un proceso de reformado, añadiendo vapor de agua y aportando energía al proceso. Una situación que el plan Hy2Tech quiere cambiar, promoviendo la producción de hidrógeno verde a partir de fuentes de energías renovables. 

15 países y 41 proyectos 

Este “proyecto importante de interés común europeo” (PIICE) va a implicar a fabricantes de vehículos de transporte, como Mercedes o Renault. Y, entre otras cosas, busca diversificar la energía necesaria y rebajar la actual dependencia de los combustibles fósiles. 

Y la inversión aprobada no solamente atañe al transporte. También contempla otras mejoras, por ejemplo para la actividad industrial y aplicaciones agrícolas, como la producción de fertilizantes en las que el hidrógeno resulta muy importante. En este sentido, se han propuesto 41 proyectos que serán desarrollados por 15 países miembros de la UE. Bruselas ya ha autorizado las inversiones pertinentes. 

Según la comisión, esta nueva cadena de valor generada por la tecnología del hidrógeno podría crear en Europa hasta 20.000 empleos directos. Una actividad sectorial que no solo se circunscribirá a la propia producción de hidrógeno. También abarca la fabricación de las pilas de combustible de los vehículos, el almacenamiento del gas, su transporte, distribución y, finalmente, las numerosas aplicaciones prácticas, derivadas de la movilidad sostenible.