El DSFK F5 mide 4,68 metros de largo y su objetivo es competir contra los SUV medios de las marcas generalistas, pero siendo además el primer SUV cupé de la categoría. Para ello presenta una imagen que hasta ahora era propia de marcas más exclusivas, y su silueta recuerda enseguida a los Mercedes GLE, BMW X4 o Audi Q3 Sportback de estas marcas.
También se nota esta inspiración en la iluminación de tecnología led, que exhibe llamativas luces diurnas integradas y unos pilotos muy perfilados semejantes a los que caracterizan a algunos SUV de Mercedes y Porsche.
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A España llegan dos versiones del DSFK F5. La primera se llama Classic y tiene un precio de 28.995 euros (26.495 euros financiando el pago), y monta un motor de gasolina 1.5 turbo de 137 CV y de origen Mitsubishi. La segunda se llama Eco (30.846 euros y 28.346 con financiación) y utiliza la misma mecánica, pero puede adaptarse para funcionar con gasolina o gas licuado de petróleo (GLP). Como dispone de dos depósitos de combustible, alcanza una autonomía teórica de 1.107 kilómetros.
El cambio es automático de variador continuo y está fabricado por la firma alemana ZF. Mediante una palanca selectora –de diseño aeronáutico– pueden accionarse seis marchas de forma secuencial y el conductor también puede elegir tres modos de respuesta: Normal, Sport o, mediante un botón en la consola, Winter para transitar sobre nieve o superficies resbaladizas.
Un buen viajero
El consumo oficial de gasolina es de 11 litros/100 km, pero según el antiguo ciclo de NEDC, ya que todavía está pendiente la homologación con el nuevo WLTP, más realista. En esta primera toma de contacto y al volante de la versión híbrida Eco –sobre un recorrido de 130 kilómetros por autovía, carretera comarcal y un tramo de montaña usando el modo Sport–, el F5 registró un consumo medio de 9,5 litros, pero gastando solamente GLP, que cuesta 0,7 euros el litro.
La conducción del DSFK F5 sorprende por su aplomo, la rigidez de su chasis y una suspensión eficaz. La dirección es precisa y el interior está bien insonorizado lo que hace del DSFK un buen viajero; además, los asientos son de tapizado duro, pero de buena ergonomía.
Los únicos puntos criticables son el cambio y los frenos. Al primero le falta precisión en su funcionamiento y en ocasiones eleva innecesariamente las revoluciones del motor; en cuanto a los frenos, pierden eficacia en un uso intensivo.
Por los demás, el DSFK F5 presenta un interior amplio, con un maletero de 379 litros; aunque es algo justo para el tamaño del coche, puede ampliarse hasta 1.420 abatiendo los asientos posteriores. Y el equipo de serie es muy completo y solo deja una opción: la pintura metalizada (590 euros). Incluye, entre otros, sistemas de seguridad activa, asistente de arranque en pendiente, pantalla táctil multifunción de gran formato, navegador y conectividad Mirror Link.
El DSFK F5 también monta una cámara Dashcam, muy popular en otros países, que graba la carretera y memoriza los últimos 45 minutos grabados para, en caso de accidente, ayudar a tramitarlo con el seguro. Y también destaca el techo panorámico transparente de accionamiento eléctrico.
En cuanto a la garantía, DSFK ofrece en todos sus modelos cuatro años ampliables a siete o 100.000 kilómetros, quedando cubierta por una red de 22 concesionarios repartidos por toda España.
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