El objetivo fundamental de la electrificación es desligarse por completo de la dependencia a los combustibles fósiles. Pero, aunque los coches eléctricos ya no perjudican la atmósfera al no producir emisiones, en ocasiones la cadena de suministro y los procesos industriales siguen dejando una huella de carbono nociva para el medio ambiente.
Lead the Charge es una organización de alcance global que vela entre otras cosas por el clima, el medio ambiente y los derechos humanos. Y en un reciente estudio ha analizado la actividad productiva de los fabricantes de automóviles, desde las minas de extracción de las materias primas hasta las cadenas de ensamblaje.
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Tras recabar los datos registrados por los fabricantes durante todo este proceso, el observatorio de la entidad multinacional ha establecido una clasificación de las marcas que mejor cumplen con los objetivos marcados para eliminar los combustibles fósiles de la automoción, reducir los daños medioambientales y evitar las violaciones de los derechos humanos a lo largo de la cadena de suministro.
Las marcas chinas, a la cola
Uno de los grandes problemas a los que se enfrenta el vehículo eléctrico es que su producción resulta más perjudicial para el medioambiente que la de los automóviles tradicionales.
La razón es que la extracción de los minerales necesarios para las baterías supone un grave daño medioambiental y un sobrecoste de energía en su procesamiento. Una actividad que, en muchas ocasiones, se lleva a cabo en países donde las garantías laborales de los trabajadores no están aseguradas.
En su estudio, Lead the Charge ha examinado a 18 fabricantes de automóviles, atendiendo a todo su proceso industrial, pero también a sus normas laborales, y ninguno de ellos logra destacarse ostensiblemente respecto a una puntuación media en las valoraciones.
Además, los fabricantes chinos en particular, a pesar de liderar el mercado de las baterías, se descuelgan del resto en cuanto a cumplir con el medio ambiente y las condiciones de sus trabajadores.
Las compañías mejor valoradas
En cuanto a los fabricantes mejor considerados atendiendo a estos dos conceptos, se impone Mercedes (37 puntos), seguido por Ford (33) y Volvo (31). A continuación se sitúan una mayoría de marcas europeas y estadounidenses: Stellantis (23), Volkswagen (23), BMW (22), Renault (18), General Motors (15) y Tesla (14).
Ya en la cola de la tabla aparecen solo marcas asiáticas, en su mayoría chinas, que se alejan bastante de las mejores calificaciones. Nissan (12), Hyundai (11), Toyota (6), Geely (6), Kia (6), Mitsubishi (6), GAC Motors (1), BYD (0) y Chery (0) obtienen así los peores resultados.
Aunque en algunos casos, como apunta el estudio, la baja calificación ha sido causada por la falta de datos de producción suministrados por las marcas, lo que hace sospechar a los autores del informe que en el proceso industrial se esconden otras deficiencias.
Una excepción europea
Volvo marca la excepción, ya que el fabricante sueco perteneciente al grupo chino Geely, consigue auparse en el podio entre los tres fabricantes mejor valorados en el estudio. Y la razón es que su rastro de carbono es muy reducido en el tratamiento del acero y el aluminio, que es uno de los procesos industriales que más contaminan en la cadena de producción de los vehículos eléctricos.
La patente competitividad de algunas marcas en el mercado no siempre va a acompañada de una garantía medioambiental y las estrictas normas establecidas en Europa en cuanto a la fabricación de coches eléctricos y baterías establecen considerables diferencias en favor de otras marcas foráneas.
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Cuatro décadas informando sobre el mundo del motor y probando coches de todas las categorías. Después de trabajar en diversos medios especializados (Velocidad, Auto1, Solo Auto, Motor 16, Car and Driver, EcoMotor...), ahora en Prisa Media para seguir cubriendo la actualidad en plena revolución tecnológica del automóvil.