Las gasolineras baratas ya son más numerosas que las tradicionales: ¿son de fiar?

La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha publicado el boletín informativo de la distribución de carburantes en estaciones de servicio correspondiente a diciembre de 2023. Un informe en el que también incluye datos de todo el año, entre los que destaca un porcentaje: el de gasolineras baratas frente a las tradicionales. ¿Por qué las primeras ya son las preferidas de los españoles?

El citado boletín desvela que, en 2023, el número de estaciones de servicio ha vuelto a crecer impulsado por la apertura de estaciones independientes. Este tipo de instalaciones ya representan el 45% de la red, mientras que las de los tres operadores con capacidad de refino suponen el 44%.

El modelo desatendido sigue aumentando su presencia y ya alcanza al 13% de la red entre las total y parcialmente desatendidas. Además, las estaciones de servicio independientes, entre las que destacan Plenoil, Petroprix, Ballenoil y Bonarea, fueron las que tuvieron los precios más bajos.

Las gasolineras baratas ya son las preferidas por los conductores españoles, pero ¿cómo empezó todo? Fue en 2013 cuando se modificó la Ley de Hidrocarburos para minimizar los requisitos de parcelas y licencias necesarios para montar una gasolinera. Esta liberalización del suelo dio paso a una apertura del mercado porque llegaron operadores alternativos e independientes que ofrecían precios más bajos

Tanto es así que las estaciones de servicio low cost llegaban a ofrecer el litro un 10% más barato, de media. Así lo desvelaba José Rodríguez de Arellano, CEO de Plenoil, en una entrevista concedida a ABC. Añadía que lo lograban porque tienen unos márgenes reducidos de entre 0,5 y el 1%.

Aditivos: ¿sí o no?

Esta política tan agresiva de precios busca lograr volumen y, a tenor de los datos de la CNMC, funciona. No es la única fórmula para ofrecer esas tarifas: los aditivos son otra. Si están presentes en el combustible, la gasolina y el diésel serán más caros.

Cabe recordar que la según figura en la Ley de Hidrocarburos, la Compañía Logística de Hidrocarburos (CLH) es el suministrador único de carburante en España: ella almacena, reparte y transporta el combustible a todas las gasolineras. Y este es igual para todas, ya que una serie de controles así lo verifican.

Las petroleras son las que deciden si les basta con los aditivos que recomienda la CLH o si desarrolla los suyos propios para ofrecer gasolina y diésel con mayores y mejores cualidades. En este caso, esa innovación tiene un precio que se traduce en tarifas más caras para el conductor.

Ubicación y personal

No sólo de aditivos viven los combustibles. En el caso de las gasolineras baratas, apuestan por estructuras empresariales sencillas y por reducir los costes al máximo. ¿Cómo? Minimizando o, prácticamente, desprendiéndose de las partidas que implican mayores inversiones.

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Así, optan por instalar sus estaciones de servicio lejos de del centro de la ciudad: en la mayoría de los casos están en polígonos y zonas industriales, donde el suelo es más barato, o recintos comerciales que pertenecen a grandes superficies.

Las gasolineras low cost, además, apenas tienen personal o, directamente, no tienen: la plantilla supone el 60% de sus costes. Razón por la que en muchas de ellas se impone el pago automático en máquinas o cuentan con uno o dos trabajadores. Así también pueden reducir el precio del litro de combustible.