Desde que se independizó, Cupra ha presentado modelos de producción y prototipos como el Formentor, un SUV híbrido enchufable que, pese a su etiqueta de concept, no cambiará prácticamente nada en su versión de calle. Para el Salón de Fráncfort 2019, la marca ha optado por dar un paso más en su proceso de electrificación mostrando su primer vehículo 100% eléctrico, mucho más conceptual que sus predecesores: el Cupra Tavascan.
Más información
Se trata de un SUV cupé de afilado diseño centrado en mejorar la aerodinámica, con un frontal incisivo formado por unos reconocibles faros y un paragolpes con varias entradas de aire, sin rastro de una parrilla que ya no tiene función en un modelo de naturaleza eléctrica. Sus llantas, carenadas, son de 22 pulgadas, y su línea de cintura asciende de manera muy pronunciada hasta llegar a una zaga en la que los pilotos traseros están prácticamente unidos. El protagonismo, en todo caso, se lo lleva su agresivo difusor.
El habitáculo también deja clara su naturaleza de prototipo, presentando una fórmula minimalista con cuatro asientos independientes en la que el puesto de conducción concentra todos los elementos: un volante deportivo achatado en su parte inferior, un cuadro de instrumentos digital de 12,3 pulgadas y una consola central de 13.
Su sistema de propulsión combina dos motores eléctricos (uno acoplado a cada eje, por lo que tiene tracción integral), que desarrollan una potencia conjunta de 306 CV. Esto le permite acelerar de 0 a 100 km/h en 6,5 segundos. Una batería de ion-litio de 77 kWh alimenta el conjunto, otorgándole una autonomía de 450 kilómetros según el ciclo de homologación WLTP.
Por el momento el Cupra Tavascan solo es un ejercicio de diseño que adelanta las líneas generales de los futuros vehículos de la marca, pero tampoco resulta descabellado que de él derive un modelo de producción a medio plazo.
Sigue toda la información de EL MOTOR desde Facebook, X o Instagram