La nueva marca de coches eléctricos sueca llegó al mercado el año pasado de la mano de su berlina Polestar 2, que no tardó mucho en disponer de una versión de edición limitada y un enfoque muy deportivo. Limitada porque solo se han construido 270 unidades para todo el mundo y que ya han sido todas vendidas.
Y deportiva porque ya sobre el papel presenta unas impresionantes credenciales: 476 CV de potencia y una aceleración de 0 a 100 km/h en tan solo 4,4 segundos. Cifras acotadas a muy pocos coches ya sean de motor eléctrico o tradicional.
Y es que el propósito de esta sorprendente berlina de altas prestaciones (y sin emisiones) derivan de un proyecto singular. Tanto que inicialmente se iba a llamar La Bestia, pero por la coincidencia con el apodo que recibe la limusina del presidente de Estados Unidos, se decidió bautizarlo con su más discreto acrónimo BST.
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Mayor potencia y altura rebajada
Bajo su aspecto de discreta berlina, el Polestar 2 BST Edition 270 es una auténtica fiera sobre el asfalto. Y es que su mecánica incorpora el paquete Performance, que consta de dos motores, tracción integral y una potencia que se ha incrementado en 68 CV para alcanzar los 476. Por otro lado, ha recibido una serie de mejoras específicas incorporando componentes muy refinados para conseguir una dinámica que despunta entre los coches eléctricos.
Para empezar, el chasis ha sido rebajado en 2,5 centímetros para reducir aún más el bajo centro de gravedad de las versiones normales. Además, la prestigiosa marca Öhlins ha elaborado una suspensión específica para el BST que traslada soluciones de competición, como los amortiguadores de dos vías y regulables en compresión para endurecer a voluntad el comportamiento.
Las mejoras no acaban aquí y el Polestar monta en su vano delantero una traviesa de aluminio para aportar mayor rigidez a la carrocería, muelles de amortiguación un 20% más duros, un equipo de frenos Brembo con pinzas de cuatro pistones y unas llantas de 21 pulgadas también exclusivas de esta versión fabricadas en aluminio forjado.
Como guinda del pastel, el equipo de origen incluye unos neumáticos Pirelli P-Zero especialmente estudiados para este coche y que garantizan el máximo agarre en usos extremos.
Agilidad y aceleraciones enérgicas
Por lo demás, el elegante diseño, a la vez minimalista y futurista, del Model 2 no deja traslucir el auténtico potencial del BST 270. A menos que esté decorado con la banda de vinilo opcional que recorre longitudinalmente su carrocería al estilo de algunos cupés de carreras clásicos.
Al volante del BST 270 se agradece la sencillez de manejo. Los mandos son justo los necesarios y su ergonomía es adecuada para una conducción deportiva sin complicaciones. Bien asentado, consistente y con un acertado reparto de pesos entre los ejes, sus reacciones le hacen parecer mucho más ligero de lo que es en realidad (2.160 kilos).
La agilidad del chasis y la sorprendente motricidad de la mecánica de transmisión integral posibilitan conducir el Polestar de manera muy exigente y segura en cualquier tipo de carretera. Su enorme par motor (680 Nm) está siempre disponible y las enérgicas aceleraciones provocan que inicialmente se busque algún tipo de cambio de marchas para gestionar su contundente respuesta.
Rodar silencioso
Algo inútil porque la gestión de los motores eléctricos es extremadamente precisa y permite dosificar cualquier entrega de potencia, por sutil que sea, tan solo con el acelerador. Además, para una conducción despreocupada, ofrece el sistema de un solo pedal que hace innecesario el freno para reducir la velocidad o incluso detener el coche.
El BST 270 no da señales de temer a nada y su eficacia trasciende el ámbito de las carreteras abiertas y entra por derecho propio ya en la órbita de los deportivos de calle que pueden conducirse en circuito con plenas garantías.
El Polestar engaña al principio con su rodar silencioso y los buenos modales de su chasis, muy neutro de reacciones, pero a medida que se va explorando su poder de aceleración y estabilidad en el paso por curva, se revela como uno de los eléctricos deportivos más eficaces de su categoría, por no decir el mejor, de los que están disponibles en la actualidad.
Nueva edición limitada en septiembre
Aunque el BST 270 también sabe ser racional, porque hereda casi intacta toda la comodidad a bordo del Polestar 2, la amortiguación deportiva no llega a ser incómoda en su filtrado y el consumo resulta razonable teniendo en cuenta su elevado potencial.
En un recorrido rápido por autopista y exigiéndole fuertes aceleraciones para mantener constante el ritmo de crucero, la mecánica bimotor consumió 28,5 kWh/100 km. Un valor que se reduce considerablemente en una conducción normal hasta aproximarse bastante al declarado en la homologación WLTP, que no llega a rebasar los 20 kWh/100 km.
La mala noticia es que ya no quedan BST Edition 270, un coche que se fabrica en la planta de Polestar en Chengdu (China), ya que la marca sueca al igual que Volvo pertenece al grupo Geely.
Pero la buena es que ya tiene sustituto. El Polestar BST Edition 230 es una segunda entrega mejorada que llegará a partir de septiembre con un precio de 83.900 euros, con el objetivo perpetuar una nueva especie de deportivos exclusivos, eléctricos y fabricados en serie limitada, que promete dar que hablar.
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