El gran SUV de Porsche gana potencia y estrena un interior espectacular

La marca alemana actualiza la tercera entrega del Cayenne, que mejora en todos sus apartados.

El Porsche Cayenne es el modelo del fabricante alemán más vendido en el mundo. Ya en su tercera generación, recibe ahora una serie de mejoras para mantenerlo como un referente en el segmento más prémium de la categoría antes de convertirse en 2026 en un modelo 100% eléctrico. Aunque, a partir de entonces, el nuevo Cayenne que ahora se ha presentado seguirá conviviendo algún tiempo con su heredero a batería.  

La nueva evolución del lujoso SUV alemán estará disponible en España a partir de julio con carrocería normal o cupé y llegará con unos precios de entre 103.371 y 129.917 euros.

Exteriormente, se diferencia del actual por unos faros más horizontales que equipan luces led matriciales de serie, un capó y un paragolpes de nuevo diseño, aletas más anchas, pilotos traseros con efecto lumínico tridimensional y un faldón posterior diferente y con el portamatrículas integrado. 

En el interior, los cambios son más radicales. El salpicadero ha sido completamente  modificado, tanto en su aspecto como en su contenido. Para empezar, ahora contiene a la derecha del volante la palanca selectora del cambio automático, un mando que antes se situaba en una posición más baja, sobre la consola central.

Interior del Porsche Cayenne.

Pantalla para el copiloto 

La instrumentación por su parte también ha evolucionado y en la nueva entrega del Cayenne es completamente digital y se muestra en una pantalla de 12,6 pulgadas. Aunque la gran novedad es que el pasajero delantero, al igual que en la berlina eléctrica Taycan, dispone ahora de su propia pantalla de información y entretenimiento. Para no distraer al conductor, resulta invisible desde el asiento del volante. 

Otras mejoras que no se ven son un nuevo sistema de depuración del aire en el habitáculo y una completa revisión de los sistemas de ayudas a la conducción que los hace más precisos y eficaces. 

En cuanto a las mecánicas, los ingenieros de Stuttgart han repasado minuciosamente las ya existentes, aunque ahora la gama europea prescinde de la versión más potente Turbo GT de 659 CV. Se centra en los otros tres motores disponibles, que para la ocasión han incrementado considerablemente sus potencias y prestaciones respecto a los actuales.  

El V6 Turbo (desde 103.371 euros) sube a 353 CV (13 más que el actual), mientras que la versión tope de gama será el Cayenne S (desde 124.593 euros). Está dotado de un motor V8 Biturbo que ahora alcanza 474 CV (34 más), con el que consigue una aceleración de 4,7 segundos de 0 a 100 km/h. Con ese tiempo, iguala casi a la del rapidísimo cupé deportivo 718 Cayman S. 

Híbrido enchufable 

Además de estos motores de gasolina mejorados, el Cayenne ofrece su versión híbrida enchufable E-Hybrid (desde 107.327 euros) con un incremento de prestaciones también muy considerable, debido sobre todo a un módulo eléctrico que ha ganado 40 CV para conseguir una potencia combinada junto con el motor V6 de gasolina de 470 CV.

Y esta no es la única mejora, ya que la capacidad de la batería ha pasado de 17,9 kWh a 25,9 kWh, alargando la autonomía eléctrica del Cayenne electrificado hasta los 90 kilómetros.  Y a la hora de recuperarla, el SUV de Porsche tarda menos, porque ahora lleva a bordo un cargador de 11 kW (antes 7,2 kW), que acorta el tiempo de carga a menos de dos horas y media. 

Los progresos del Cayenne no acaban ahí. El chasis recibe por su parte una nueva suspensión activa PASM con unos nuevos amortiguadores de dos válvulas, una para la compresión y otra para extensión, que aportan mejor filtrado de las irregularidades a baja velocidad y limitan mejor los balanceos en las curvas. 

Además, la suspensión neumática opcional también ha sido optimizada en su funcionamiento y diferencia mejor el dinamismo del coche según los diferentes modos de conducción seleccionables (Normal, Sport y Sport Plus). 

Los motores han ganado en potencia y la amortiguación ha sido mejorada.

Comportamiento afinado

Para terminar, Porsche ha dotado al nuevo Cayenne de un equipo de serie más completo que ahora incluye en todas las versiones los faros led matriciales, la suspensión PASM, llantas de 20 pulgadas, sistema de recarga de móviles por inducción y el sistema de asistencia al aparcamiento con cámara trasera. 

En la primera toma de contacto con la nueva entrega del Cayenne, se pudo comprobar que las fortalezas del modelo siguen completamente vigentes. Las respuestas han mejorado en general y el comportamiento se ha afinado en todo tipo de carreteras, ya sean autopistas abiertas o en los puertos de montaña. 

Para viajar, el Cayenne se adapta a cualquier circunstancia y presenta una comodidad de marcha excepcional que permite realizar muchos kilómetros sin cansancio. Muy bien insonorizado, la nueva suspensión brinda mayor comodidad a los ocupantes.

La conducción se disfruta gracias a una dirección extremadamente precisa, apoyada por un eje trasero direccional que ayuda a trazar las curvas. Y las respuestas de su mecánica son infalibles en cualquier circunstancia. 

Porsche Cayenne: conducción deportiva

Si en modo Normal la marcha se hace muy fácil y placentera, activando el Sport+ el Cayenne rebaja su altura sobre el suelo en 16 centímetros. Así, se convierte en un enérgico deportivo que brinda a su conductor sensaciones muy parecidas a las de sus hermanos de marca más pequeños y ligeros. Sobre todo, en la versión Cayenne S, en la que el motor V8 aporta un carácter fuera de la norma entre la gran mayoría de los SUV. 

Aunque, eso sí, a costa de un consumo que se dispara enseguida por encima de los 13 litros a los 100 kilómetros si no se modula con cuidado la aceleración disponible. Todo lo contrario de lo que ocurre en el caso de la sobria versión E-Hybrid, que permite contener muy fácilmente el gasto de gasolina por debajo de los dos litros durante los primeros 100 kilómetros, siempre que se aproveche al máximo la energía eléctrica suministrada por su batería. 

Sin embargo, la versión enchufable no resulta tan dinámica en conducción deportiva, a pesar de disponer de una potencia muy próxima a la del Cayenne S. El mayor peso de su mecánica híbrida y su diferente reparto entre los ejes, menos favorable, se hace notar por comparación sobre las carreteras más sinuosas. 

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