Renovación total para el modelo más vendido de Mercedes. El SUV familiar alemán gana espacio interior, da otro paso hacia la electrificación y mejora su equipo con los últimos avances en asistencia a la conducción y conectividad.
Ya está disponible desde 58.150 euros el sucesor del exitoso Mercedes GLC de 2015. Respecto al actual, exteriormente no cambia demasiado, siguiendo la filosofía continuista de Mercedes, que mantiene estilos similares en el salto entre diferentes generaciones. Las principales diferencias estéticas se centran en los faros y la calandra, parecidos a los que lucen los modelos EQ y que exteriorizan la progresiva transición hacia la electrificación completa de la marca.
Más información
Sin embargo, y en beneficio de la eficiencia, los diseñadores han aprovechado para reducir el coeficiente de resistencia aerodinámica de la carrocería (Cx), que baja desde 0,31 hasta 0,29. Una notable mejora destinada a optimizar el ahorro de energía en carretera.
Lo que sí cambia de forma considerable es el tamaño del modelo, ya que el nuevo SUV crece seis centímetros a lo largo hasta alcanzar los 4,71 metros. Una progresión que se ha notado sobre todo en el maletero, donde el espacio para la carga gana 50 litros para ofrecer una capacidad máxima de 600.
Cuatro híbridos ligeros y tres enchufables
Otro cambio importante en el nuevo GLC es su oferta mecánica. Todos los motores están electrificados y se puede elegir entre cuatro híbridos ligeros con apoyo de 48 voltios (etiqueta ECO), y que están ya disponibles. Dos de ellos son de gasolina, GLC 200 (204 CV) y GLC 300 (258 CV), y los otros dos son diésel GLC 220d (197 CV) y GLC 330d (269 CV).
Además, a final de año llegarán otras mecánicas del tipo híbrido enchufable (etiqueta Cero), dos de gasolina GLC 300 e (313 CV), GLC 400 e (381 CV) y una tercera, diésel GLC 300 (333 CV). Y en todos los casos, el GLC equipa de serie el sistema de tracción integral 4Matic acoplado a una caja de cambios automática de nueve marchas.
En el interior, el SUV alemán ha subido un peldaño en cuanto a tecnología. El cambio más evidente es la gran pantalla multifunción de 11,9 pulgadas, desde donde se controlan numerosas funciones del coche y del avanzado sistema MBUX de información y entretenimiento, heredado de otros modelos de la marca presentados recientemente.
Otro avance importante en el modelo son los asistentes a la conducción. Ahora, el GLC incorpora nuevas funciones, como el sistema activo de distancias Distronic, la asistencia activa de dirección, el reconocimiento de señales evolucionado o el control de aparcamiento con cámara de 360º. Y sobresalen la función de capó transparente, que permite ver en los caminos el terreno por donde se va a pasar, y un novedoso asistente de maniobras con remolque.
Gran comodidad de marcha
Al volante del nuevo GLC, lo primero que se aprecia es una comodidad de marcha sobresaliente, sobre todo si la versión del modelo equipa la suspensión Airmatic, que es neumática y de amortiguación regulable. Muy suave y de exquisito filtrado, aporta junto a una excelente insonorización toda la comodidad que han hecho famosos a los modelos más prestigiosos de la marca.
La precisión de la dirección y la rigidez de la carrocería aportan, por su lado, un comportamiento muy noble con reacciones neutras en las curvas y sin excesivos balanceos, a pesar de tener suspensiones bastante blandas. Y aunque ahora es más grande, el GLC resulta muy ágil y manejable en todo tipo de carreteras. Una virtud que acrecenta el eje trasero direccional, una opción que orienta las ruedas posteriores hasta 4,5 grados en sentido contrario a las delanteras y reduce el diámetro de giro de 11,8 metros del chasis normal a tan solo 11.
Consumos menores
La electrificación de 48 V de los motores ha influido directamente en los consumos homologados, que oscilan entre los 5,9 litros/100 km de la versión diésel GLC 220 d a los 8,2 de la versión de gasolina más potente (GLC 300). En prueba real y en un recorrido de 155 kilómetros por carreteras variadas, el motor de gasolina intermedio GLC 200 registró un consumo de 7,5 litros, que se corresponde con el declarado por la marca de entre 7,3 y 8,2 litros según el nivel de equipamiento (WLTP).
En el caso de las versiones híbridas enchufables, una batería de gran capacidad (31,2 kWh) dobla la autonomía eléctrica disponible en el modelo precedente y ahora supera los 100 kilómetros. En esa distancia y partiendo con la carga de la batería completa, el consumo de combustible declarado en el mejor de los casos (GLC 300 de) es mínimo: 0,5 litros.
Ventajas del modo eléctrico
Y aunque las versiones híbridas enchufables no estarán disponibles hasta diciembre, y todavía se desconocen algunos de sus datos técnicos, en la primera toma de contacto con la nueva entrega del GLC ya se han podido probar algunas unidades.
Idénticas casi en todo a los híbridos de 48 V, se diferencian, además de en su mecánica, en que su maletero pierde algo de capacidad para hacer sitio a la batería. En marcha, aportan mejores respuestas gracias a una potencia combinada superior, y también por el funcionamiento del motor eléctrico, que en ciudad y carretera proporciona una marcha completamente silenciosa y sin emisiones.
Pero donde más sorprende su conducción es en el campo. Progresando en modo exclusivamente eléctrico y gracias a su par motor instantáneo a cualquier velocidad, supera desniveles y obstáculos insólitos para un SUV familiar equipado con neumáticos convencionales. Unas aptitudes todoterreno que se completan con el paquete Offroad (de serie en las versiones híbridas enchufables), que permite aumentar 20 milímetros la distancia libre al suelo para superar los caminos de superficie más irregular.
Sigue toda la información de EL MOTOR desde Facebook, Twitter o Instagram
Cuatro décadas informando sobre el mundo del motor y probando coches de todas las categorías. Después de trabajar en diversos medios especializados (Velocidad, Auto1, Solo Auto, Motor 16, Car and Driver, EcoMotor...), ahora en Prisa Media para seguir cubriendo la actualidad en plena revolución tecnológica del automóvil.