El Citroën C4 es uno de los modelos superventas del mercado español. Y ahora, en su nueva entrega, mejora en muchas áreas y se postula como un coche más grande y sofisticado que su antecesor el C4 Cactus, que deja de ofrecerse.
Ya está disponible desde 19.300 euros, con descuentos aplicados (motor 1.2 turbo de gasolina y 130 CV), aunque en 2021 llegarán mecánicas más asequibles, como un propulsor de gasolina de 100 CV, que podrían reducir las tarifas a unos 18.500 euros. También se ofrece con mecánica eléctrica.
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Sin embargo, los precios van a cambiar a corto plazo, porque el próximo 1 de enero entra ya definitivamente en vigor el nuevo protocolo WLTP de homologación del consumo y las emisiones, que arroja valores más realistas que los del anterior NEDC y va a provocar un incremento de tarifas, porque varios motores que hasta ahora quedaban por debajo de 120 g/km de CO2, y no pagaban por tanto impuesto de matriculación, pasarán a tributar al 4,75%.
Como una nueva fórmula comercial para reforzar la satisfacción del cliente, Citroën va a ofrecer un paquete promocional denominado Pack Made in Spain, que permitirá devolver el coche hasta pasados seis meses o 10.000 kilómetros después de la compra, siempre que se cambie por otro modelo de la marca. No se abonará el importe pagado, sino que se descontará una parte por el uso del vehículo devuelto y el resto se destinará a cubrir el precio del siguiente, que podrá ser más costoso o asequible.
A continuación, las 10 claves del nuevo Citroën C4, que presenta siete puntos fuertes y tres débiles.
LO MEJOR
Imagen original
Mide 4,36 metros de longitud, como muchos familiares compactos (Seat León, Opel Astra, Hyundai i30…), pero tiene un diseño diferente a la mayoría. Es un modelo de fusión que mezcla rasgos de los turismos y los SUV, y que aporta personalidad propia. El interior presenta también un estilo genuino.
Confort de marcha
Otra de sus virtudes. Siempre que se circule tranquilo, el nuevo C4 aísla muy bien de la carretera y resulta especialmente confortable. Recoge una insonorización eficaz y la suspensión con topes hidráulicos filtra la mayoría de baches con gran suavidad.
Precios asequibles
Está disponible desde 22.300 euros con motor de gasolina (1.2 turbo de 130 CV) y cambio manual de seis marchas. Pero al aplicar descuentos (1.500 de rebaja directa y otros 1.500 por promoción de lanzamiento), baja a 19.300 y se sitúa entre los modelos más asequibles. El eléctrico se vende desde 33.900 euros, pero con descuentos baja a 30.600.
Espacio y detalles prácticos
El nuevo C4 es amplio, sobre todo en espacio para las piernas atrás, y tiene un buen maletero de 380 litros (y opción de rueda de repuesto). La cabina incluye bastantes huecos para objetos y estrena detalles prácticos originales como un soporte para tabletas frente al copiloto.
De combustión y a pilas
La oferta mecánica es otro argumento a favor, porque permite elegir entre motores de gasolina (100 a 155 CV) y diésel (110 y 130), y también por una versión eléctrica o ë-C4, que tiene 136 CV, batería de 50 kWh y una autonomía oficial de 350 kilómetros (WLTP).
Consumos reducidos
El motor 1.2 gasolina de 130 CV anuncia 5,4 litros de gasto, y el diésel de 110 CV, solo 4,6 (WLTP). En la prueba se ha llevado el primero, que consumió 7,5 litros tras una conducción briosa, y el eléctrico, que gastó 19,1 kWh y hubiera podido recorrer 265 kilómetros antes de agotar la batería.
Se fabrica en España
El nuevo C4 y su variante eléctrica ë-C4 se producen en Villaverde, Madrid, en exclusiva para todo el mundo. Y así, contribuyen a la creación de puestos de trabajo y al sostenimiento del sector del automóvil nacional en particular y del tejido industrial español en general.
LO MENOS BUENO
Instrumentación pobre
El cuadro de mandos tiene un diseño demasiado simple y da la impresión de ser económico. Y la pantalla de la consola central, aunque está más lograda que la instrumentación, tampoco convence, porque por gráficos y navegabilidad, resulta anticuada frente a la competencia.
Suspensión blanda
Al aumentar el ritmo de marcha, la suspensión parece demasiado blanda y hace que la carrocería se bambolee en exceso, al girar y frenar, perdiendo gran parte del confort antes citado. No afecta a la seguridad, pero sí al agrado de conducción y al sosiego de los ocupantes.
Tacto de dirección y visibilidad posterior
La dirección tiene un tacto artificial, casi de videojuego (y más en el C4 eléctrico que en los térmicos), mientras que el alerón posterior parte la luneta trasera en dos y dificulta la visibilidad, en marcha y al aparcar. La cámara trasera soluciona en parte el problema.
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