MG es la sigla de Morris Garages, una histórica marca británica fundada en 1924 que, en sus últimos años, estuvo controlada por Rover. Ambas quebraron en 2005. En 2007 y con fondos del gigante chino SAIC Motor, se refundó MG Motor.
Su principal argumento para conquistar el mercado europeo es su relación calidad-precio. Aunque, en este caso, el MG ZS ofrece más de lo segundo que de lo primero. En agosto, fue el coche más vendido en España, con 1.949 unidades, pero ha aparecido entre los 10 modelos más matriculados desde mayo.
Para empezar, nada destaca en su carrocería, ni en sus líneas ni en su imagen, con un diseño atemporal y que, eso sí, aguantará bien el paso del tiempo. Por sus medidas, entra dentro de la categoría de SUV compactos, gracias a sus 4,32 metros de longitud, 1,81 metros de ancho y 1,65 metros de alto.
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Sin los modernos guiños estilísticos de la gran mayoría de vehículos europeos, ya sea en sus líneas, ya sea en sus faros o en la unión led de sus pilotos, el MG resulta muy poco llamativo, se mire por un lado o por otro.
No, no parece un vehículo que entre por los ojos, como otros; ni es su principal argumento de ventas. Lo bueno de esto es que, aunque no guste, tampoco disgusta. Cumple así su pretensión de llegar al máximo número de clientes potenciales.
Por lo menos, llegará a los cuatro que, con cierta holgura, pueden ocupar sus asientos. Y lo de siempre en un vehículo de este tamaño, que no por repetido deja de ser verdad: el pasajero central trasero va a viajar algo estrecho.
En cuanto al maletero, de 448 litros, no tiene ganchos y los pasos de rueda restan bastante espacio, pero se sitúa en la media de otros SUV con similar longitud.
El interior del MG ZS
Ni acabados ni materiales cuadran mucho con el precio del vehículo y es que, a priori, se esperan bastante peores. Pero no. Son más que dignos. Además, la visión general del salpicadero es bastante limpia y, además, funcional.
Su protagonismo, y eso sí está a nivel europeo, lo acoge la pantalla táctil de 10,1 pulgadas que funciona bastante bien y que acoge, justo debajo de ella, los botones para la climatización.
Además, en este acabado Luxury también añade el Virtual Cockpit Display. Con sus siete pulgadas, ofrece unos relojes digitales que se ven de una forma muy clara y lucen un aspecto moderno y a la europea.
El tapizado en símil cuero de esta versión no ofrece el glamur de los acabados prémium, pero, a la vista, da el pego. Otra cosa es al tacto: da mucho calor y al tocarlo se nota que es plástico y no cuero real. La parte central del respaldo trasero no se puede abatir pero, por lo menos delante, sus asientos son bastante amplios y cómodos.
Motor sencillo, comportamiento sencillo
El MG ZS 1.5 monta un motor de 1.499cc atmosférico de cuatro cilindros y 106 CV de potencia, asociado a un cambio manual de cinco relaciones.
Al carecer de turbocompresor, y tener solo esta potencia, no hay que esperar ni grandes prestaciones ni intensas sensaciones. Para que se le note algo de brío hay que subirlo en el entorno de las 4.000 revoluciones por minuto.
Ahí ya respira mejor, además sin muchas vibraciones y con una sorprendente suavidad. Y es que, por este precio, y estas características mecánicas, lo lógico era tener algo menos refinado. En ese sentido sorprende para bien.
Hay otro motor en el catálogo del ZS, el 1.0 de 111 CV. Este sí cuenta con turbo, por lo que es de prever que mueva el coche con más alegría.
Pero este 1.5 se puede llevar con cierta agilidad con esa subida de revoluciones. Para esto, también será fundamental cambiar de marcha con más asiduidad que en otros vehículos. Y el cambio tampoco es un prodigio de la finura. No es rápido y cuenta con bastante holgura. Lo malo es que para recuperar velocidad, sea en la circunstancia que sea, habrá que bajar una o hasta dos marchas para que el MG ZS respire un poco mejor.
Además, cuenta con desarrollos largos que han buscado reducir el gasto, y esto también pone otro granito de arena para obligar a esas reducciones de varias marchas. El consumo homologado de 6,6 l/100 km sube en condiciones reales, pero no mucho. Y es que el ZS ha rondado en esta prueba los siete litros, por lo que no solo es económico de adquirir, sino también de mantener.
Conducción cómoda
Con una dirección que no transmite mucho y una suspensión más bien blanda, se ha buscado un SUV que lleve de un punto A a un punto B de forma cómoda y sin buscar un dinamismo que sí se puede pretender en otros productos de más precio.
También es verdad que, si se fuerza en virajes o en rápidos cambios de dirección, el control de estabilidad asume el mando rápidamente para controlar, valga la redundancia, la situación. También los frenos cumplen su papel y detienen el coche. Lo hacen con algún cabeceo, eso sí, debido a la suave suspensión, pero es difícil hacerlos desfallecer.
Acabados y precios
Este MG ZS cuenta con un acabado básico que da acceso a la gama y que se denomina Comfort. Con descuento promocional, se queda en un precio de 17.190 euros. A esto, además, se le puede añadir el descuento de 3.200 euros por financiar, con lo que el precio final parece irreal para estos tiempos que corren: 13.990 euros.
Más interesante resulta, por un precio final sin descuentos de 19.190 euros, el acabado Luxury, protagonista de esta prueba. En su equipamiento de serie, incluye elementos como el navegador, la cámara de aparcamiento 360º, llantas de diseño más deportivo, asientos delanteros calefactables o faros antiniebla. Con financiación y descuentos incluidos, se queda en 16.190 euros.
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