Es el SUV grande de la marca checa. La primera generación vio la luz en 2016 y abrió el camino a sus hermanos, el Skoda Karoq y el Skoda Kamiq.
Esta segunda generación del Skoda Kodiaq mide 4,76 metros de longitud y puede llegar a albergar hasta siete pasajeros. Su anchura es de 1,86 metros y su altura, de 1,66.
Su diseño es robusto y elegante, pero con líneas limpias y una parrilla distintiva que le dan una presencia imponente en la carretera. En ella Skoda ha incrustado una lama que la cruza y que se compone de 14 leds que, por la noche, le dan un aspecto muy reconocible aunque, por cierto, es opcional.
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El pilar C también estrena una moldura que puede ser de color negro o plata, mientras que en la trasera, los nuevos pilotos en forma de C se unen en su parte inferior no por una tira led, sino por una tira de catadióptricos.
Interior de mucha calidad, pero sobre todo espacioso
En el interior, se nota bastante el salto de la nueva generación, no tanto por los ajustes, como por unos materiales de más calidad.

Tras el volante se encuentra el cuadro de instrumentos digital de 10,25 pulgadas. La pantalla central es grande y aunque este acabado, Design, lleva una de 10 pulgadas de serie; esta unidad llevaba la opcional de 13 pulgadas, que cuesta 490 euros.
El software funciona muy bien y rápido, al igual que los ‘Smart Dials’, unos mandos giratorios con pantallas de 32 milímetros desde las que se controlan diferentes funciones que cambian al apretarlas y que se regulan girando el dial exterior, como la temperatura, la calefacción de los asientos o el volumen del sonido entre otras.

Los asientos delanteros son muy cómodos y los traseros son muy espaciosos, sobre todo para las piernas, porque si viajan tres personas y son grandes, el hueco para los hombros no es tan ancho.

El resto de la gama puede montar otra fila de asientos, pero este híbrido enchufable no. Además, también se reduce algo el maletero, pero sigue siendo una buena cueva donde va a caber sin problema el equipaje de todo el pasaje, gracias a sus 579 litros.

Mecánica híbrida enchufable
El Skoda Kodiaq PHEV está equipado con un motor de gasolina de 1.5 litros TSI de 150 CV combinado con un motor eléctrico de 116 CV, ofreciendo una potencia total de 204 CV. Va asociado a un cambio automático de seis velocidades y doble embrague muy rápido y que gestiona muy bien la potencia disponible.
Lo más interesante es su autonomía en modo eléctrico: Skoda homologa 123 kilómetros gracias a su batería de 25,7 kWh. Y no se queda muy lejos de la realidad, ya que a un ritmo tranquilo, normal, ronda los 100 kilómetros reales.

Además, tiene una capacidad de carga máxima en corriente continua de 50 kW, por lo que se puede cargar del 0 al 80% en menos de media hora.
Cuando hay carga en la batería, evidentemente reduce el consumo de combustible que ronda los 3 l/100 km y los 15 kWh/100 km. Cuando se acaba, el gasto de gasolina puede rondar los 8 l/100 km. Vuelve a quedar de manifiesto que el principal motivo de compra de este vehículo sería para cubrir las necesidades de unos trayectos diarios que entraran dentro de su alcance eléctrico. Pero teniendo en cuenta que en un viaje largo no habrá que estar pendiente de cargar su batería y de encontrar postes de recarga libres y operativos.
En marcha parece más pequeño
Esta versión tiene dos modos de funcionamiento: híbrido y eléctrico, que se seleccionan desde la pantalla central, además de la intensidad de la frenada regenerativa: automática, débil o fuerte.

Y es que, aunque roza las dos toneladas de peso, su agilidad sorprende por su tamaño y por esos kilos antes comentados. Pero casi llama más la atención la suavidad con la que trabaja y lo imperceptible que es el paso de una energía a otra.
La respuesta inmediata del motor eléctrico se complementa a la perfección con su mecánica de gasolina. Incluso en mojado, al ir toda la potencia al eje delantero, hace que en fuertes aceleraciones se pierda bastante adherencia y al control de tracción se le acumule el trabajo. Eso sí, si se acaba la energía eléctrica, este lapso tan inmediato pasa a ralentizarse algo y el empuje también se nota algo menor. Normal, si se piensa en que ese motor eléctrico aporta una buena parte de la potencia del conjunto.
En carretera, el vehículo se nota muy bien insonorizado, muy estable y bien plantado gracias a una suspensión que absorbe eficazmente las irregularidades del terreno y que en esta unidad se traba de la opcional DCC, que va dentro del paquete performance (750 euros).
La dirección es bastante precisa y ofrece una buena retroalimentación, lo que facilita maniobras tanto en ciudad como en carretera abierta. No es un deportivo, es obvio, y los virajes se notan sus inercias, pero mucho menos de lo que puede parecer. En esto influye sin duda, el bajo centro de gravedad que aporta la batería.

Sí que los frenos tienen un tacto especial, con un primer recorrido algo perezoso, pero como sucede en otros híbridos enchufables del mercado.
Además, ofrece varios modos de conducción que permiten al conductor adaptar el comportamiento del vehículo a sus preferencias y a las condiciones del camino.
Precio y acabado
El Skoda Kodiaq PHEV parte de un precio de 49.880 euros con el acabado más sencillo, denominado Selection. Por 3.000 euros más, es decir, 52.880 euros se puede contar con este acabado Design. La pena es que, hoy por hoy, y con el reciente anuncio de que se han acabado las ayudas del Plan Moves, no se pueden descontar hasta 7.000 euros a estas facturas, como antes sí sucedía.
Respecto a su equipamiento, muy completo, pero se nota ya la influencia ‘alemana’ de incluir cada vez más elementos opcionales que, a estos niveles y en estos tiempos, deberían ser de serie.

Aún así, incluye esa pantalla central táctil de alta resolución, compatible con Apple CarPlay y Android Auto de forma inalámbrica, y con sistema de navegación integrado. Cuenta también con portón del maletero con cierre eléctrico, sistema de arranque sin llaves o regulación eléctrica del asiento del conductor. Y. por supuesto, no faltan asistentes de conducción como el control de crucero adaptativo, el asistente de mantenimiento de carril o el sistema de frenado de emergencia, que aumentan la seguridad y la comodidad en la carretera.
Pero si se quieren elementos más sofisticados, lo dicho, hay que pagarlos a parte. Como asientos delanteros con masaje y ventilación (en Paquete Confort Plus Clima, por 2.320 euros), Head-Up Display y pantalla de 13 pulgadas (1.075 euros) o faros led, la rejilla con la banda iluminada y pilotos traseros led; incluidos en el ‘Paquete Luz y Visibilidad Plus’ por 785 euros. Y, por cierto, cuenta con todas las ventajas que conlleva poder lucir la etiqueta Cero en el parabrisas.
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