El Mercedes Clase C es una berlina prémium que, aunque no cuenta con una estética demasiado espectacular, supone un tipo de vehículo más que interesante por la eficiencia que ofrece.
Y es que su mecánica, híbrida enchufable, cuenta con un motor de combustión diésel, algo nada habitual en este tipo de tecnología. Porque además de su contenido consumo, cuenta con una autonomía en modo eléctrico de más de 100 kilómetros.
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Así es el Mercedes Clase C 300 d e en solo 10 preguntas.
¿De qué vehículo se trata?
Es una berlina prémium. Pero no se trata de una cualquiera. Es una de las más eficientes del mercado gracias a esa gran autonomía eléctrica o, aunque se acabe, a un consumo también muy ajustado gracias a su mecánica diésel.
¿Cómo es su carrocería?
Mide 4,75 metros de longitud, 1,82 metros de ancho y 1,44 metros de alto con una batalla de 2,86 metros y traslada un peso de más de dos toneladas, en concreto 2.160 kilogramos.
Eso sí, su maletero pierde 140 litros frente a otras versiones sin hibridación y se queda en 315 litros, una cifra algo escasa para este coche y sus medidas exteriores.
¿Y su habitáculo?
La calidad percibida y real es difícilmente superable. Además, cuenta con una pantalla central táctil de infoentretenimiento que, sobre el papel, mide 10 pulgadas, pero que en la realidad parece mucho más grande.
En la parte trasera. el espacio es bueno para dos adultos, pero solo bueno. En un viaje pueden faltar unos cuantos centímetros para no sentirse encajonado.
¿Qué equipamiento y acabados ofrece?
El equipamiento básico ya cuenta, para empezar, con un cable de carga de cinco metros y que puede recargar hasta a 11 kW. A esto añade navegación, llantas de 17 pulgadas, carga inalámbrica para móviles, cámara de marcha atrás o escáner de huella dactilar.
La verdad es que su nivel de acabados no es fácil. El básico es el Avantgarde Advanced, luego está el Avantgarde Advanced Plus, por 1.936 euros extra. Además, también está el acabado Style o el AMG. O con tracción integral 4MATIC por 2.500 euros más.
¿Cuál es su motorización?
El motor diésel es un cuatro cilindros, dos litros, con turbo y que da 197 CV, con 320 Nm de par.
El motor eléctrico ofrece 129 CV (y 440 Nm de par) y está dispuesto dentro de la caja de cambios automática de nueve velocidades. El conjunto, es decir, el motor eléctrico y el de gasóleo, ofrecen 313 CV y 700 Nm.
La batería tiene una capacidad bruta de 25,4 kWh y se puede cargar hasta 11 kW en corriente alterna y a un máximo de 55 kW con corriente continua. De esta forma, pasaría de 0 al 80% en poco más de 30 minutos.
Si el enchufe es de 3,2 kilovatios, es decir, el habitual en casi todas las casas, la carga total se irá a unas ocho o nueve horas.
¿Cuáles son sus prestaciones y consumos?
A pesar de sus más de dos toneladas de peso, el motor es capaz de impulsarlas desde parado hasta los primeros 100 km/h en solo 6,2 segundos, es decir, solo una décima más lento que su hermano de gasolina. Alcanza una velocidad máxima muy similar, de 243 km/h.
La autonomía eléctrica real de este coche se acerca mucho a la declarada, por lo que será bastante fácil rondar los 70 o 75 kilómetros, algo que, a más de un cliente potencial, le supondrá poder completar su recorrido diario.
Su consumo de gasóleo una vez agotada esa energía estuvo en esta prueba entre los 6 y los 7 litros cada 100 kilómetros.
¿Cómo se comporta en marcha?
Esta versión de gasóleo no es tan refinada ni tan silenciosa, agradable o suave como la de gasolina. Pero compensa con un mayor empuje, por lo menos a la hora de recuperar a velocidades medias. Sus 150 Nm extra pueden de sobra con sus 80 kilos de más.
También se nota algo más aquí la transición de energía eléctrica a energía térmica, debido a la entrada en funcionamiento de su motor diésel.
Cuenta con cinco modos de conducción: Electric, Hybrid, Sport, Hold Battery e Individual. En el modo Sport, las levas dispuestas tras el volante sirven para cambiar las marchas (su cambio automático dispone de nueve relaciones); en el resto de modos, las levas adaptan su funcionamiento para aumentar o disminuir la intensidad de la frenada regenerativa.
A la hora de afrontar virajes puede mostrar algo de subviraje si se fuerza mucho, aunque el ESP hará su entrada de forma elegante y sin un excesivo intrusismo.
Suspensión y dirección siguen mostrándose de muy buen tacto, la primera con un claro enfoque al confort y la segunda de tacto directo y con bastante información de lo que pasa bajo las ruedas. Algo menos de información transmite el pedal de freno, de tacto artificial, sobre todo en su primer recorrido.
¿Cuánto cuesta?
Su precio es de 68.750 euros, lo que supone 4.880 euros más que la versión de gasolina. Pero habrá que hacer cuentas y calcular bien el recorrido diario y la diferencia de precio entre combustibles para ver si merece la pena.
¿Para quién está dirigido?
Para todos aquellos que, sin renunciar al máximo confort a un sobresaliente nivel de calidad en materiales y acabados, no quieran renunciar a la máxima eficiencia.
Y sería ideal para todos aquellos que recorren entre 70 y 80 kilómetros diarios y tienen enchufe en casa o en el garaje de la comunidad.
¿Cuáles son sus principales rivales de segmento?
No tiene. Al menos con esta combinación mecánica de motor eléctrico y otro de combustión diésel. Por eso es único en su especie.
Por tamaño y potencia está el BMW Serie 3 330e de 292 CV, más económico que el Mercedes, pero con motor de gasolina y prácticamente la mitad de autonomía eléctrica, ya que es de 62 kilómetros.
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