En un mundo cada vez más digital (y en el que las empresas del sector están más presentes en el día a día de los usuarios a través de dispositivos, de Apps o de infinidad de aparatos que pueblan el entorno) faltaba la la incorporación como actores principales de las compañías tecnológicas al mundo de la automoción. Hasta ahora habían desarrollado software y dispositivos para diferentes marcas y proyectos, pero ya están buscando ser protagonistas en la nueva movilidad.
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El ámbito de la electrificación y de los vehículos autónomos se ha ensanchado para dar cabida a nuevos operadores. Las empresas tecnológicas están encontrando una oportunidad de negocio que no pueden dejar escapar: un nuevo campo con unas nuevas reglas que ya conocen, por lo que la experiencia que aportan de su sector les permite encajar en esta nueva industria.
La fabricación de los coches eléctricos es muy sencilla al compararla con los automóviles con motores térmicos. Un modelo convencional cuenta con alrededor de 30.000 piezas mientras que uno eléctrico se conforma con el 60% menos, están muy simplificados mecánicamente hablando. Una de las partes fundamentales de un coche eléctrico es su software de gestión y ese es el negociado de las firmas tecnológicas, por lo que tienen mucho camino andado.
El gigante de internet desembarcó en la industria de la automoción por partida doble. Por un lado cuenta con Android Automotive, su sistema operativo que se integra directamente en los automóviles, sin pasar por el teléfono móvil como sucedía con su anterior sistema, Android Auto. La finalidad de Google es la de universalizar este sistema en la mayor cantidad de vehículos posibles.
Por otro, desarrollan Waymo, el proyecto de vehículo autónomo que fue presentado en 2009 para ofrecer una forma más fácil y segura de viajar, eliminando de la ecuación al conductor. Para sus desarrolladores, el número de accidentes con muertes es directamente proporcional a los errores humanos. Hasta el 94%. Por eso creen que una máquina (vehículo autónomo) sería capaz de minimizar esas cifras y ofrecer a las personas una forma de moverse más segura.
Sony
La multinacional japonesa ha sido la última en aterrizar en este sector. Si hace escasos meses mostraba su modelo Vision-S02, ahora acaba de confirmar su alianza con Honda para lanzar una empresa de movilidad en confluencia. Otra manera más de utilizar la experiencia tecnológica de Sony para ponerla al servicio de la automoción.
En este nuevo matrimonio están muy bien repartidos los papeles. Sony quiere llevar a la practica sus innovaciones tecnológicas para aplicarlas en los servicios de movilidad, aprovechando la capacidad fabricación de vehículos de Honda. Ya se ha apuntado que la nueva marca que surgirá de esta fusión será presentada a final de 2022 y se espera que el primer vehículo eléctrico salga de las cadenas de producción en 2025.
Huawei
En un principio la firma china no tiene la intención de construir vehículos propios. Su idea de negocio en el mundo de la movilidad eléctrica es la del desarrollo de software y servicios tecnológicos para los nuevos modelos de otros fabricantes, aunque no se descarta que en unos años, y tras haber adquirido experiencia en el sector, se constituya también en fabricante.
Su última creación ha sido para el recién lanzado M5 del fabricante chino Aito. Para este modelo, Huawei ha desarrollado el sistema operativo, denominado Harmony OS.
Apple
Los rumores alrededor del vehículo de la firma tecnológica californiana son cíclicos desde hace unos años. Apple maneja como nadie las expectativas a la hora de mencionar futuros lanzamientos de productos. Aunque en este caso no existe una fecha oficial. Siempre son voces autorizadas cercanas al proyecto las que avanzan contenido, pero la firma de la manzana sigue sin pronunciarse.
Lo que sí se conoce hasta ahora es que el proyecto está bajo la denominación Titan y que se va a tratar de un coche eléctrico de conducción autónoma en el que la tecnología es el eje central. Según parece, la mayor preocupación de los de Cupertino está en encontrar una fábrica que pueda ensamblar todos los componentes, al estilo de lo que sucede con sus teléfonos o tabletas. Se comenta que los últimos contactos han sido con Magna y LG.
Xiaomi
En el caso de Xiaomi sí que han sido confirmadas sus intenciones de construir un vehículo eléctrico. Desea entrar con fuerza en el negocio de la nueva movilidad, para lo cual va a invertir 10.000 millones de dólares en este proyecto durante los próximos años. Su intención es contar con el nuevo vehículo a finales de 2024.
La gran diferencia con Apple es que, gracias a los lazos que le unen con muchos fabricantes chinos en el resto de sus áreas de negocio, no van a tener problema en cerrar acuerdos para el ensamblaje de los automóviles. Además, se ha asegurado que tendrá un precio algo más económico que los de sus rivales, apostando por la misma estrategia que en el resto de productos de la firma.
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