‘Sorpasso’ oriental

El auge de marcas asiáticas como Toyota, Hyundai y Kia, que escalan posiciones en ventas, augura un cambio de protagonistas en el mercado.

Marcas de coche orientales

Concesionario Kia.

La crisis sanitaria de la Covid-19 marcará un antes y un después en la historia de la humanidad, aunque está alimentando ya transformaciones importantes en muchos sectores. Y en la industria del automóvil, y en España en particular, ha acelerado tendencias que antes de la pandemia solo se intuían, pero que estaban lejos de poderse confirmar.

Las ventas de julio y el cierre de agosto han atemperado las fuertes caídas de los meses de confinamiento. Y muestran un paisaje tras la batalla muy diferente, con unos pocos vencedores y multitud de heridos.

Pero, sobre todo, confirman el auge de algunas marcas orientales, que coincide justo con las que más avanzados llevan sus procesos de electrificación y tienen más oferta de modelos de este tipo.

El mercado siguió mostrando el mes pasado el dominio de dos grandes con plantas aquí: Volkswagen y Renault. Y Seat sigue líder en el año, precediendo a su matriz y a Peugeot. Sin embargo, Toyota se alzó ya a un tercer puesto inédito, cuando hace un par de años luchaba para entrar entre los 10 primeros. Y es ya cuarta en el ejercicio, delante de protagonistas históricos como Renault, Citroën o Ford, líderes de ventas hace muy poco años.

El caso de los coreanos del grupo Hyundai-Kia es similar. Kia fue quinta absoluta escoltando a Seat, lideró las estratégicas ventas a particulares del mes y se alzó al sexto puesto del año. Hyundai, con una gama algo menos completa, fue séptima en agosto y es octava en el ejercicio. Y tanto una como otra luchaban la mayoría de los meses hasta hace poco por entrar en el top 10.

“El hecho de no hacer ERTE nos permitió seguir trabajando al 100% con la red y creo que estamos recogiendo ahora los frutos”, señala Miguel Carsi, presidente de Toyota España. Pero al margen de casos particulares, ciclos de producto favorables o aspectos coyunturales, como falta de stock, descuentos agresivos o éxitos tácticos puntuales, estos resultados empiezan a anticipar ya un cambio importante de papeles entre los protagonistas del sector. Y Europa, de momento, no sale guapa en la nueva foto.

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