Ser alfista es casi como, en las motos, ser harlista. Es una religión. Es algo más que tener un coche que te lleve y te traiga. La mayoría de los que tienen un Alfa Romeo se lo han comprado con el corazón, con la pasión que despierta una marca que, históricamente, enarbola la bandera de la deportividad y el dinamismo.
Pero con un catálogo compuesto ya solo por el Giulia y el Stelvio, Alfa Romeo necesitaba un vehículo más pragmático para el público en general y no solo para los forofos de la marca. Y lo ha conseguido con el Tonale, un SUV compacto de prestaciones moderadas para compradores que se dejan guiar en su compra por la cabeza y la razón, y no tanto por el corazón y la pasión.
Por dentro, deportividad y tecnología
El prototipo de 2019 ya gustó bastante. Ahora, el modelo de producción ha continuado con sus curvas exuberantes y guiños de diseño italiano, como los delgados faros de led delanteros o los traseros triples. Y, en el frontal, luce una elegante parrilla con su escudo.
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Su interior, por supuesto, también tiene reminiscencias Alfa. Para empezar, los relojes son agradables círculos tradicionales que replican el histórico diseño de doble ojo de buey de Alfa, a pesar de ser ahora digitales. Son legibles, bonitos y están muy bien colocados.
Junto a ellos, una pantalla digital táctil de 10,25 pulgadas, lo suficientemente grande como para manejarse bien y lo suficientemente pequeña como para que no distraiga en exceso ni entorpezca la visión.
Pero si hay algo que llama la atención de forma más que positiva es la posición casi vertical del soporte para la carga inalámbrica, y que permite ver el móvil perfectamente mientras se conduce, aunque para ello haya que bajar un poco la vista.
También es un detalle de lo más deportivo y premium el botón de arranque en el volante, o el mando giratorio para elegir los tres modos de conducción de su sistema DNA: Dynamic, Natural y Advanced o All Weather (‘todo tiempo’).
Actúan sobre la respuesta del acelerador, el cambio automático y la dureza de la dirección. Pero lo que más se nota es que, sin cambiar la presión del acelerador, al activar el modo Dynamic el coche se vuelve bastante más reactivo.
Por cierto, al arrancar, el Tonale siempre lo hace en la N. Habrá quien prefiera que se ponga en marcha en el último modo seleccionado, pero se puede mirar de otra forma: es mejor esperar a que el motor coja temperatura para cambiar al modo Dynamic y subir de revoluciones con una mejor protección del motor.
Equipamiento de alto nivel
De los dos acabados disponibles, Super y Sprint, esta unidad llevaba el equipamiento segundo y más completo. Entre sus elementos de serie, cuenta con llantas de 18 pulgadas, controles por voz de la navegación, el mencionado y bien posicionado cargador inalámbrico, tomas USB de tipo A y C (tanto delante como detrás), salidas de aireación traseras, climatizador bizona, entrada y arranque sin llave o control de crucero adaptativo. Y, por supuesto, la etiqueta ECO en el parabrisas, con los beneficios que esta conlleva.
En cuanto a elementos de seguridad, cuenta con frenada de emergencia, aviso de colisión frontal o asistente de salida de carril, entre otros.
Los asientos tienen un mullido agradable y no resultan ni duros ni muy blandos en viajes algo más largos. Se echa de menos algo más de sujeción lumbar, más si se trata de un SUV como este, que pretende ofrecer un grado extra de deportividad sobre lo habitual en el mercado.
En general, la habitabilidad es buena, sin alardes ni en las plazas delanteras ni en las traseras. Y es que este SUV tiene unas medidas compactas: 4,53 metros de longitud, 1,84 metros de anchura y 1,60 de altura. Por lo menos, el maletero sí que se muestra algo más generoso, gracias a sus 500 litros, convertibles en 1.550 al abatir los asientos traseros.
Los materiales utilizados a bordo son de calidad, a excepción de algunas piezas de plástico duro en el salpicadero, que se compensa con una iluminación que resulta espectacular por la noche y cuyo color se puede elegir.
Tras el volante, también destacan, y mucho, unas levas extraordinariamente grandes para manejar de forma secuencial el cambio automático de doble embrague y siete velocidades.
Mecánica híbrida resolutiva
Este Tonale cuenta con un motor de gasolina de cuatro cilindros, 1,5 litros de cilindrada y un turbocompresor, con álabes de posición fija (variables en la versión con 30 CV más, es decir 160 CV). Funciona con ciclo Miller, un ciclo que, básicamente, busca aumentar su eficiencia.
Cuenta también con una microhibridación que se basa en un motor eléctrico integrado en la caja de cambios de 20,4 CV de potencia que funciona a 48 voltios.
Se alimenta de una batería de 0,8 kWh de capacidad y además de apoyar al motor de gasolina en fuertes aceleraciones, permite mover el coche por sí mismo siempre que no se rebasen los 30 km/h. En la práctica, su autonomía eléctrica no suele llegar ni a un kilómetro.
Al volante del Tonale
Lo primero que se nota es una dirección muy directa, pero algo ligera. Esto se soluciona en gran parte si se gira el dial del DNA hasta su modo más dinámico, que hace que aumente la confianza en las curvas y en las maniobras a baja velocidad.
En este modo, el mapa de potencia es más agudo y permite circular con más alegría, algo que casa mejor con la filosofía general del SUV italiano. Y aunque se nota un agujero de potencia en el turbo antes de las 3.000 rpm, se puede corregir bastante si se utiliza el cambio en modo secuencial con esas gigantes levas.
También el chasis mejora en el modo Sport. No es un coche excesivamente rápido (pasa de 0 a 100 km/h en 9,9 segundos), pero en este modo la dirección gana peso con la velocidad, y su rapidez está respaldada por la precisión y una decente resistencia al subviraje. Esto se traduce en una conducción agradable e intuitiva.
Respecto a la frenada y suspensión: duras y eficaces, como cabría esperar de la nueva creación de Alfa Romeo. Evidentemente, el pasaje no irá a bordo tan cómodo como en otros SUV, pero es que este Tonale está construido, sobre todo, para el disfrute del conductor. Por eso deja un poco a un lado el confort del pasaje, que en los rotos de la carretera más desagradables no lo pasará bien.
Al final de estos días de prueba, el consumo homologado de 5,9 l/100 km ha subido hasta los 6,8 litros, lo que no está nada mal, sobre todo se se piensa en que arrastra un peso de 1.600 kilos.
Con un precio de 39.550 euros, este Alfa Romeo Tonale 1.5 de 130 CV parece una elección acertada para quienes busquen un SUV que se salga un poco de lo habitual en este segmento y lo refresque con tintes más deportivos.
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