Al volante del SUV de la Guardia Civil: poco conocido y a buen precio 

El Mitsubishi Eclipse Cross PHEV destaca por su polivalencia y su moderna mecánica híbrida enchufable, que le otorga la etiqueta Cero.

Al volante del SUV de la Guardia Civil: poco conocido y a buen precio 

Para adaptarse a la nueva moda y después de su integración en el grupo Renault-Nissan, en 2017 Mitsubishi reconvirtió su famoso modelo cupé Eclipse en un moderno SUV familiar, de concepción completamente nueva. Para ratificar la radical transformación, recibió entonces el apellido Cross y, por tamaño (4,54 metros), se situó entre los otros SUV de la gama, el compacto ASX (4,35) y el más grande Outlander (4,69). 

Su siguiente evolución no se hizo esperar y el pasado año ya recibió una puesta al día, sobre todo tecnológica, porque abandonó para siempre sus motorizaciones tradicionales en favor de una moderna mecánica híbrida enchufable.

De esta manera, el deportivo Eclipse que reinó muchos años en las concentraciones de tunning y tuvo un gran protagonismo en los inicios de la saga cinematográfica Fast&Furious, se ha convertido en un moderno y atractivo coche familiar de bajas emisiones.

También ha llamado la atención de los profesionales, como la Guardia Civil, que acaba de adquirir 165 unidades de este modelo.

Estilo japonés

Una importante transformación que no le ha hecho perder atractivo, a tenor de las miradas que su diseño levanta por la calle. Aunque menos agresivo que la generación anterior, su estilo sigue siendo muy made in Japan y el nuevo Eclipse Cross se distingue por una silueta angulosa y una firma visual muy reconocible, tanto en su llamativo frontal como en su estilizada parte posterior.  

El Eclipse Cross PHEV mide 4,54 metros de largo.

Una vez en su interior, el Mitsubishi Eclipse Cross resulta menos espectacular, porque, aunque presente una buena factura en sus acabados, resulta sobrio en su presentación.

En lo tecnológico, la pantalla central tampoco destaca especialmente. Mide ocho pulgadas, no integra el navegador (salvo en el acabado superior Kaiteki+) y requiere habituarse a unos menús que no son especialmente intuitivos. En contrapartida, el sistema es compatible con la conectividad de CarPlay y Android Auto. 

En carretera, el Eclipse Cross resulta un coche cómodo y amplio para viajar. Tanto en sus plazas delanteras como en las traseras, se dispone de espacio suficiente. Detrás, los pasajeros disfrutan de una altura de banqueta más elevada que les permite tener una mejor perspectiva de la ruta.

El punto criticable en cuanto a la habitabilidad apunta al maletero, que cubica 404 litros, por debajo de la media respecto a su tamaño. Resulta escaso para alojar el equipaje habitual de cuatro personas.  

Puesto de conducción del Eclipse Cross.

Un motor térmico y dos eléctricos

Al volante, el Eclipse Cross PHEV demuestra en general buenos modos, con respuestas eficaces y una potencia más que suficiente para viajar por cualquier tipo de orografía. Bajo su capó se esconde un bloque de gasolina 2.4 de cuatro cilindros, con 98 CV y que funciona en ciclo Atkinson para bajar el consumo de carburante. 

A su vez, le asisten dos motores eléctricos dispuestos en ambos ejes (82 CV en el delantero y 95 CV detrás) para conseguir una potencia conjunta de 203 CV. Esta última resulta muy aprovechable y está siempre disponible gracias al sistema de hibridación, que destaca por combinar muy bien el funcionamiento térmico con el eléctrico. 

La aceleración (10,9 segundos de 0 a 100 km/h) y las recuperaciones son satisfactorias, incluso con el coche cargado y pese a que en vacío pesa 1.900 kilos. Una tara que tampoco perjudica demasiado a los consumos, razonablemente contenidos por el carácter recargable de la batería, con 13,8 kWh de capacidad. 

Detalle del selector de marchas.

La dinámica también convence, y sobre la carretera el chasis resulta equilibrado y noble en el paso por curva, a pesar de un tarado de suspensión que resulta blando en los cambios de apoyo y una dirección a la que le falta un poco más de precisión en carreteras con curvas enlazadas.

Sin embargo, el japonés lo compensa con una buena rigidez general y con la seguridad extra que aporta un eficaz sistema de tracción integral permanente (S-AWC). 

Modo B para la recuperación de energía

Con una carga completa, el Eclipse Cross PHEV es capaz de recorrer 55 kilómetros en modo eléctrico. Es una ventaja que, si se aprovecha al máximo, rebaja el consumo de gasolina hasta los dos litros en los primeros 100 kilómetros.

Esta mecánica PHEV no tiene caja de cambios, pero para alargar la carga almacenada en la batería durante la marcha dispone de un modo B de recuperación de energía en las deceleraciones, cuya actuación se puede regular mediante dos levas tras el volante. 

Banqueta trasera del Eclipse Cross.

En uso real, y alternando carreteras rápidas con otras comarcales, durante la prueba el Mitsubishi Eclipse Cross registró un consumo medio de 7,3 l/100 km (5,4 en ciclo urbano). Un valor que resulta contenido para la categoría a la que pertenece y que puede reducirse aún más si se aprovecha la ventaja de ser enchufable y se recupera la autonomía eléctrica con recargas frecuentes.

Opción de carga rápida y precio sin competencia 

Además, el sistema ofrece al conductor un modo de conducción (Save) que conserva la energía eléctrica y la guarda para el uso urbano. Además, ofrece otro modo de funcionamiento (Charge) que sirve para recargar la pila en marcha generando electricidad mediante el motor de combustión, pero que lógicamente incrementa el consumo de este. 

En cuanto a la recarga de la batería en la red, el Eclipse Cross aporta otra cualidad poco frecuente entre los PHEV. Ofrece la posibilidad de recurrir a la carga rápida gracias a una segunda toma del tipo CHAdeMO. Gracias a esta posibilidad, es posible recuperar la autonomía eléctrica en poco más de media hora. 

El maletero de 404 litros resulta algo justo para cuatro personas.

Con un precio sin competencia en su segmento (a partir de 33.400 euros con descuentos de la marca y Moves III), el Mitsubishi Eclipse Cross PHEV es un coche que se ha quedado un poco difuminado entre la abundante oferta SUV.

Una vez descubierto, sin embargo, resulta interesante por sus características mecánicas, pero también por su polivalencia y calidad. Ofrece importantes ventajas en ciudad, donde se beneficia de la etiqueta Cero, pero también en carretera. Su comodidad, respuestas y tracción 4×4 le hacen eficaz y recomendable para cualquier tipo de carretera.

Vista posterior del Eclipse Cross PHEV.

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