Parece que la industria automovilística se está volviendo un poco circense, ya que los fabricantes se apresuran a cumplir los plazos del mandato de los vehículos eléctricos que llegarán con la década de 2030.
Cada vez hay más vehículos con esta mecánica en el mercado, pero cada vez son más grandes, más caros y, desde luego, más tecnológicos. A esto se añade la carrera por el tamaño de las pantallas, que cada vez se imponen más.
La reducción de emisiones y la conciencia ecológica también adquiere cada vez mayor protagonismo, por lo que los coches del futuro tendrán un aspecto algo diferente a los actuales.
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La seguridad también será primordial, pero la falta de infraestructura no permitirá la continuación de ciertos avances.
Sin vehículos eléctricos de segunda mano
En realidad, a menos que aparezca una nueva tecnología, los vehículos eléctricos de segunda mano desaparecerán.
Dentro de 15 años, cuando todos los vehículos eléctricos actuales tengan las baterías agotadas, será el fin, si se considera que la edad media de un coche usado en España es de 11,1 años según Ganvam (Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor, Reparación y Recambios)
Con una duración de la batería declarada de entre 15 y 20 años, en condiciones ideales, cuando los eléctricos tienen 11,1 años, la perspectiva de vida útil no será mucho mayor. Por lo tanto, ninguno de los vendedores garantizará un vehículo de este tipo con más de 10 años. Por lo tanto, el mercado de vehículos eléctricos usados es muy limitado.
Sin monovolúmenes
Ahora hay menos modelos que nunca, e incluso los que hay están siendo diseñados para “parecer SUV”.
Con más CUV (Crossover Utility Vehicle) y SUV que pueden cargar tanto o más que los monovolúmenes, no veo que duren mucho más. Una prueba de esta tendencia es el nuevo Renault Espace, que ha abandonado toda una saga con ese tipo de carrocería.
No habrá Stop/Start
Con la función Stop/Start el ahorro de combustible es minúsculo, el desgaste del motor de arranque puede ser caro y es tan molesto que la mayoría de los conductores lo desconecta.
Nivel de conducción autónoma. No tanto.
Sencillamente, con la infraestructura de las carreteras actuales no funciona, y el sector se acostumbrará a ello.
Al final, todo el mundo se dará cuenta de que se puede conseguir el nivel 2 con ciertas garantías, el 3 con bastante menos y que los niveles 4 y 5 no son viables. Los ordenadores se basan en la lógica y los humanos son todo menos eso, lo que confunde a todo el sistema.
Tarde o temprano (probablemente más tarde) los fabricantes de automóviles se darán cuenta de que conseguirán más negocio y rentabilidad perfeccionando los niveles 2 y 3 que persiguiendo los más elevados. Los accidentes que, por ejemplo, Tesla está sufriendo, son una buena prueba de ello.
Por recordarlo, estos son los niveles de conducción autónoma.
Autonomía. No tanto como se espera
¿Coches eléctricos con una autonomía superior a los 500 kilómetros? No tienen sentido.
A medida que aumenten las velocidades de carga y el número de cargadores, los fabricantes ahorrarán dinero y ofrecerán paquetes de baterías más pequeños.
Sobre unos 300-350 kilómetros de autonomía real en autopista es todo lo que realmente necesitará el 99% de la población.
Pantallas cada vez más grandes
Diversos estudios revelan que el tamaño medio de las pantallas de los vehículos era de 7,7 pulgadas en 2018 y se supone que aumentará a 8,4 pulgadas (de media) en 2024.
Con los fabricantes de automóviles pensando que los modelos de gama alta o eléctricos necesitan tener interiores llenos de pantallas, esas 8,4 pulgadas deberían aumentar bastante más.
Y más si, como todo indica, el copiloto también dispondrá de una pantalla táctil a su disposición, como ya muestra algún Mercedes eléctrico de última hornada, como el EQE.
Faros estrechos y tecnológicos
El diseño de las luces cambiará. Los faros se camuflarán como parte de la carrocería, estilizándose y haciéndose cada vez más imperceptibles.
Además, utilizarán tecnologías futuristas como el láser y podrán emitir señales luminosas como ya hacen algunos prototipos de Audi.
Hidrógeno. Tecnología imposible
Todos los expertos del sector que hacen números sobre esta tecnología se han dado cuenta de que la economía del hidrógeno verde no funciona.
Los costes no tienen mucha pinta de reducirse a corto plazo y mientras otras tecnologías y su infraestructura, como la de los coches eléctricos, mejorará.
Desaparecen los coches pequeños
Los coches económicos pequeños de gama básica, tenderán a desaparecer.
Y es que las marcas prefieren hacer coches más grandes y caros que les dejan más margen de beneficios, que más pequeños y básicos en los que apenas hay ganancias.
A esto se le suma que los conductores cada vez quieren más “gadgets”, esas pantallas más grandes, más ayudas electrónicas…
Interiores “veganos”
La moda sostenible y ecológica se impondrá también en la construcción de vehículos. Bueno, de hecho ya se está imponiendo.
Entre el aumento del coste, los problemas medioambientales y otras cuestiones como el veganismo, el bienestar animal, etc., las alternativas sintéticas a materiales como el cuero van a ser legión.
Además, estos nuevos materiales son más económicos (en general y en el futuro, porque ahora todavía pueden ser más caros que los materiales animales originales) y presentan menos problemas de controles de calidad.
Puede que algunos fabricantes de gama alta sigan utilizando piel de vaca, avestruz o ballena, pero los vehículos del mercado de masas optarán por productos alternativos.
Neumáticos sin aire
Ya varias marcas como Michelin, investigan desde hace tiempo con neumáticos que no necesitarán aire en su interior.
Esto será mucho más cómodo para los conductores, ya que se olvidarán de las presiones y del mantenimiento. Cuando se reduzca su coste, ahora demasiado elevado, se verán otro tipo de ruedas en los vehículos del futuro, que también jugarán con su diseño.
Volantes diferentes
Los volantes tradicionales redondos, puede que no tengan mucho más recorrido.
Las formas siguen evolucionando y puede que lleguemos a ver simples joysticks que, vía by-wire, es decir, sin conexión física con las ruedas delanteras, manden un impulso eléctrico y hagan que las ruedas giren.
Lexus, por ejemplo, ya monta un volante de tipo cuernos de aviación sin esa conexión física en algún modelo como el RZ 450e. Y, por cierto, este mecanismo ya está probado y homologado, con todas las garantías de seguridad.
Habitáculos más amplios
Se buscará, sobre todo, la comodidad a bordo. Otras cuestiones como las prestaciones serán secundarias.
Y es que la legislación cada vez es más dura con los límites de velocidad, por lo que el traslado de un punto A a un punto B se buscará que sea lo más confortable posible.
Por eso, los coches irán cambiando de forma, con menos morro y menos trasera, para ampliar la zona destinada al pasaje.
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