Los cinco mejores coches para circular con lluvia

Lo más importante en estos vehículos es la seguridad que proporcionen cuando la adherencia del asfalto se reduce.

Lluvia
La pérdida de adherencia es el principal problema de una carretera mojada.

En época de lluvia, es muy importante trasladarse en un vehículo que pueda proporcionar un alto estándar de seguridad a todos los ocupantes. Por eso deben de tener un nivel muy bueno de equipamiento tanto de seguridad activa como de seguridad pasiva.

Y es que la menor adherencia del asfalto mojado repercute en la posible pérdida de tracción del vehículo. Además, el empeoramiento de visibilidad también es un elemento a tener muy en cuenta. Tracción integral para la primera y faros LED para la segunda son los elementos que se deben valorar en un vehículo que se vaya a utilizar de forma habitual bajo estas circunstancias.

Si el coche posee mayor tracción, el conductor tendrá mayor control. Y aunque lo deseable es que el coche lleve tracción a las cuatro ruedas para mejorar agarre, retención y control, el siguiente más seguro sería un modelo con tracción delantera. Por último, si tiene propulsión trasera, será más complicado de controlar si se pierde la adherencia.

Con esto se puede pensar que un buen todoterreno sería ideal para estas circunstancias, pero aquí también intervienen el peso y las inercias que este tipo de vehículos tan pesados pueden generar, lo que pueden desembocar en problemas.

Un SUV pequeño, que no pese mucho, sería la mejor opción. Además, tiene una altura al suelo superior a un turismo y esto puede ayudar en caso de transitar calles inundadas. Y si se montan neumáticos de invierno, la adherencia también mejorará ostensiblemente.

Asimismo, para la visibilidad reducida, es aconsejable que el coche posea el mejor equipo lumínico posible, como Xenón, LED o los más recientes Matrix LED.

Estos son cinco coches muy aconsejables si se vive en una zona de lluvias persistentes.

Suzuki Ignis

Se ha dejado a un lado el pequeño Jimny, ya que es un todoterreno al uso, con reductora incluida, además de superar en 105 kilos a este Suzuki Ignis, que también cuenta con tracción integral.

Y es que el Ignis pesa 985 kilos y cuenta con un motor 1.2 de gasolina y 83 CV con microhibridación, que le permite lucir la pegatina ECO en el parabrisas. Asimismo, cuenta con faros LED y una tracción integral AllGrip de acoplamiento viscoso, en el que el par motor es automáticamente distribuido a las ruedas traseras cuando se detectan perdidas de agarre en el tren delantero. Su precio parte de los 18.450 euros.

Suzuki
El pequeño Ignis no llega a una tonelada de peso.

Fiat Panda Cross

Aunque el pequeño Panda solo dispone de luces LED en su iluminación diurna, es uno de los vehículos con tracción integral que menos pesa del mercado, gracias a sus escasos 1.165 kilos. Sus capacidades todoterreno comienzan con una altura al suelo de 158 milímetros (las versiones normales están a 161 milímetros).

Respecto a sus sistema de tracción total, con buena adherencia manda el 98% del par a las ruedas delanteras; si patinan, se manda a las traseras. Por debajo de 50 km/h se puede bloquear la tracción al 50% girando el mando del Terrain Control. Su precio es de algo más de 24.000 euros y lleva un motor de gasolina 0.9 TwinAir con turbo y 85 CV.

Fiat
El Panda Cross 4×4 puede bloquear la tracción al 50%.

Toyota Yaris Cross

Ya algo más grande y pesado que sus dos predecesores, este Toyota Yaris Cross arroja en báscula 1.260 kilos y cuenta con motor híbrido no enchufable de 116 CV.

Tiene una altura libre al suelo de 170 milímetros y su sistema de tracción integral es el denominado AWD-i, en el que ningún mecanismo distribuye par entre los dos ejes. Es un motor eléctrico de 5,3 CV el que se encarga de accionar las ruedas traseras cuando se necesita. Entre 0 y 10 km/h funciona siempre, y entre 10 y 70 km/h cuando las ruedas delanteras patinan. Su precio es de 31.000 euros sin descuentos y con faros LED de serie.

Toyota
El Yaris Cross es de los últimos en llegar al mercado.

Hyundai Kona

A pesar de ser ya un SUV del segmento B, con 4,20 metros de longitud, el Hyundai Kona tiene un peso contenido de 1.470 kilos. Su altura libre al suelo es de 178 milímetros y su motor, un 1.6 de gasolina y nada menos que 198 CV. También se puede elegir un diésel con 177 CV.

Cuenta con un cambio automático de siete velocidades y faros LED de serie. Su tracción total es muy eficaz, ya que puede repartir el 100% de par al eje con más tracción. Además, el modo Lock actúa repartiendo el 50% en cada eje hasta 40 km/h, y a partir de esa velocidad la distribuye al eje que más adherencia tenga. Su precio supera los 32.500 euros.

Hyundai
El Kona es todo un SUV, pero no llega a los 1.500 kilos.

Subaru XV

Subaru siempre ha llevado por bandera su famosa tracción permanente denominada Symmetrical All-Wheel Drive. La llevan los dos motores de gasolina de su catálogo, un 1.6 con 114 CV y un dos litros con 150 CV y microhibridación. Con el motor pequeño el peso es de 1.483 kilos. La única transmisión posible con ambos es una automática de variador continuo.

Su tracción total distribuye la fuerza según las circunstancias, aunque dicha variación se produce de modo mecánico a través de un diferencial Torsen. Este es más rápido que los sistemas que utilizan el Haldex, que funciona a base de electrónica. Su precio parte de 24.850 euros. Las luces LED van de serie con el motor de dos litros.

Subaru
A pesar de su tecnología, el XV contiene muy bien su peso.

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