¿El futuro del coche de hidrógeno es peor de lo que parecía?

El hidrógeno es uno de los vectores energéticos con mayores posibilidades de futuro. Pero su implantación en el transporte avanza despacio, debido sobre todo a la ausencia de una red de distribución y también por su complicada tecnología que encarece excesivamente el precio los automóviles. 

A día de hoy son muy pocos los fabricantes que ofrecen coches que funcionen con hidrógeno para fabricar su propia electricidad y son los países del Norte de Europa quienes destacan por liderar esta nueva tecnología. O por lo menos así era hasta ahora. 

El hidrógeno es el elemento más abundante en el universo y supone un recurso ideal para obtener energía limpia. Se puede obtener de varias maneras de forma sostenible utilizando fuentes renovables y ha dado origen a una nueva generación de vehículos animados por pilas de combustible. 

Escasez de oferta

La pila de combustible es una avanzada tecnología que aprovecha la reacción del hidrógeno con el aire de la atmósfera para generar electricidad y sin liberar al medio ambiente nada más que vapor de agua.

Por el momento, tan solo hay dos fabricantes que tengan disponibles modelos con este tipo de mecánica, la coreana Hyundai que en esta especialísima categoría tiene disponible el Nexo y la japonesa Toyota que en su catálogo ofrece el Mirai. 

Pero ahora llega una mala noticia desde Dinamarca que puede afectar muy negativamente a la expansión de esta tecnología. Se trata de uno de los países más avanzados en el actual proceso de electrificación que se desarrolla en Europa y de hecho, ya contaba con una red de 19 surtidores públicos de suministro de hidrógeno, que servían este combustible ecológico a lo largo de la red de carreteras danesas.

Parque insuficiente 

El caso es que Everfuel, la empresa que se encargaba hasta ahora del suministro de hidrógeno comprimido en Dinamarca, ha decidido cerrar sus hidrogeneras, una infraestructura que había ido extendiendo en los últimos años y que ya contaba con 19 surtidores.  

La decisión de la empresa energética se debe a cuestiones puramente financieras, ya que en el presente año acumula unas pérdidas de 11 millones de euros en su red de distribución de hidrógeno y ya ha anunciado que los tres únicos puntos de distribución que quedan abiertos en el país, próximos a las ciudades de Copenhague y Aarhus, también van a ser clausurados. 

La importante inversión desplegada en Dinamarca por Everfuel no se sostiene porque a pesar de las favorables condiciones que el gobierno nórdico concede a los compradores de coches eléctricos, por sus carreteras tan solo circulan 136 automóviles que funcionan con una pila de hidrógeno. 

Falta de apoyo

Desde Everfuel han declarado que siguen convencidos de que el hidrógeno representa en el futuro una alternativa necesaria a los coches 100% eléctricos, sobre todo por el desafío que van a suponer en cuanto al suministro de energía cuando sean mayoría.

Sin embargo, los responsables también denuncian que ni las administraciones implicadas ni los propios fabricantes de automóviles apoyan suficientemente la tecnología del hidrógeno como para que llegue a despegar definitivamente. 

La compañía danesa, especialista en la producción y distribución de hidrógeno, ha concluido que seguirá desarrollando sus actividades basadas en la producción hidrógeno, pero abandonando el suministro a los automóviles de pila de combustible y centrándose en otras actividades que le reporten la necesaria rentabilidad.