Con 122 años de existencia, la marca Fiat posee un legado descomunal. Ahora, bajo la nueva estructura del grupo Stellantis, el departamento de coches clásicos Heritage está reuniendo lo mejor de su herencia para mostrarlo a los aficionados en perfecto estado de conservación.
Y lo hace en una exposición permanente que alberga la Nave 81 del histórico complejo industrial turinés de Mirafiori (Italia). Una colección que es única gracias a las minuciosas restauraciones que realizan los talleres Officine Classiche en la anexa Nave 83.
Entre las innumerables joyas que alberga este museo recientemente inaugurado, se muestran decenas de modelos que deslumbraron en su día al gran público por sus características o épicos triunfos deportivos.
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Sin embargo, entre todos estos iconos del automóvil se pueden descubrir otros menos conocidos por el gran público, que no por ello son menos importantes y decisivos en el transcurso de la dilatada historia y en las grandes innovaciones aportadas por esta mítica marca italiana.
A.R. 51 Campagnola (1951)
Fiat decidió batir el récord de la travesía del continente africano a bordo de este vehículo ligero 4×4 de reconocimiento parecido al Jeep Willys, diseñado por Dante Giacosa y que por entonces se fabricaba sobre todo para el ejército y las fuerzas de seguridad de Italia.
Partiendo de Argel y, después de alcanzar Ciudad del Cabo, explorando el recorrido y estableciendo los puntos de aprovisionamiento, la expedición regresó a la capital argelina en el menor tiempo posible. El Campagnola invirtió en el viaje de vuelta 11 días, cuatro horas y 54 minutos, estableciendo un récord todavía imbatido.
Abarth 750 Record (1956)
Era la época en que muchos fabricantes de automóviles pugnaban por establecer plusmarcas de todo tipo y este aerodinámico prototipo «caza récords» diseñado por Bertone fue presentado con gran expectación en el Salón de Turín.
Equipaba un motor de Fiat 600 potenciado hasta los 47 CV para alcanzar una velocidad máxima de 190 km/h. Ese mismo año y sobre el mítico circuito de Monza, batió nada menos que seis récords en su categoría.
City Taxi (1968)
El Centro de Estilo Fiat materializó este diseño de Pio Manzù con el objetivo de crear un vehículo de uso público dentro del contexto urbano. La carrocería es asimétrica para ofrecer una amplia puerta corredera en el lado derecho que facilita el acceso del pasajero y el interior dispone de todo lo necesario para cumplir con su función de taxi, incluido un radioteléfono para que los ocupantes pudiesen comunicarse durante los desplazamientos.
ESV 2000 (1971)
Junto a su antecesor ESV 1500, fue el primer prototipo de coche seguro en Europa. Su nombre viene de Vehículo Experimental de Seguridad (ESV por sus siglas en inglés) y equipaba un motor de Fiat 128 bajo una estructura modular con una cintura elástica que protegía a los ocupantes de los impactos y también a los peatones en los atropellos gracias a un sobresaliente parachoques.
Fiat aprovechó las experiencias obtenidas en los ensayos del ESV para mejorar la seguridad en sus posteriores modelos de calle.
X1/75 (1972)
En plena crisis del petróleo, este prototipo fue desarrollado para rebajar al máximo el consumo de carburante. Se trataba de un vehículo laboratorio en el que su pequeño motor diésel bicilíndrico ensayaba tecnologías por entonces innovadoras, como la inyección directa de combustible, el turbocompresor o el cambio automático de variación continua. Con un litro de gasóleo conseguía recorrer 40 kilómetros y sirvió para mejorar las mecánicas desarrolladas durante esa década por el grupo Fiat.
Panda Elettra (1990)
Se adelantó a la actual electrificación y fue fruto de una colaboración con la marca austriaca Steyr-Puch. Se mantuvo en producción hasta 1998 y sus baterías de plomo le otorgaban una autonomía máxima de 100 kilómetros a velocidades de hasta 70 km/h. Fue uno de los primeros coches eléctricos producidos en serie en Europa y, a partir de 1992, se ofreció una variante con batería de níquel-cadmio más moderna que mejoraba sus prestaciones.
Downtown (1993)
Presentado en el Salón de Ginebra, se trataba de un modelo urbano de tres plazas y motor eléctrico. Ya entonces incorporó grandes avances en su tecnología, como una batería de sodio-azufre, construcción modular con materiales reutilizables, airbags, pantalla de navegador electrónico y asientos que se podían regular para adaptarse a tallas de adulto o niños.
Zic (1994)
Fruto de la colaboración entre diversos centros de desarrollo europeos, se trataba de un prototipo de coche con muy bajo impacto ambiental. Para conseguir un peso muy liviano su carrocería era de aluminio y recurría a materiales composite como el termoplástico o las resinas en los paneles de revestimiento. De mecánica 100% eléctrica, alojaba la batería en una sección central para que no restara espacio a las plazas posteriores y el diseño privilegiaba la habitabilidad interior, la ergonomía y la visibilidad del entorno.
Ecobasic (1999)
Este prototipo de 3,4 metros de largo fue otro vehículo de experimentación sobre el que Fiat exploró la movilidad urbana y el reciclado de sus vehículos. Destacaba por su eficiencia aerodinámica (Cx=0,28) y por un peso contenido gracias a la profusión del plástico en su fabricación. Su mecánica consistía en un pequeño motor 1.2 diésel turbo de 61 CV con un cambio robotizado sin embrague y que alcanzaba una velocidad máxima de 160 km/h.
Panda Aria (2007)
Con el nuevo siglo Fiat centró el objetivo de este prototipo en mejorar la ecología del automóvil, valorando las posibilidades de un pequeño motor 0.9 bicilíndrico turbo de 80 CV que podía funcionar con combustibles alternativos como gasolina-metano o metano-hidrógeno. Además, su interior estaba realizado con materiales ecológicos como tejidos naturales de algodón y lino, fibra de coco y otros compuestos biodegradables.
PanDakar (2007)
Ante el auge de los raids, Fiat emprendió una intrépida aventura inscribiendo dos Panda en la carrera más dura del mundo, el Dakar. Basados en el Panda Cross, los coches de competición fueron pilotados por Miki Biasion y Bruno Saby. Pero incluso contando en el equipo con tan consagrados campeones, la apuesta resultó excesiva y la exigente competición no tuvo piedad con los osados PanDakar, que tuvieron que abandonar en la quinta etapa del recorrido.
Fiat Panda Monster (Truck 2012)
Fiat sorprendía en el Salón de París con su Panda 4×4, un insólito utilitario de tracción integral permanente que se gestionaba de forma electrónica. Y para reforzar su lanzamiento creó este monstruoso todoterreno que adoptó el chasis de un Jeep CJ7 equipado con ruedas de tractor para rebasar cualquier obstáculo y que elevaron hasta los cuatro metros la altura de esta espectacular preparación.
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