Seres 5: el SUV que escenifica el verdadero lujo asiático

Hay que empezar por hablar de Seres. Y no, no son ‘seres de otro planeta’, son de este, más concretamente de China. Esta megaempresa emplea a más de 16.000 personas, cotiza en bolsa y se encuentra entre las 500 principales empresas chinas.

Su actividad incluye investigación y desarrollo, fabricación, comercialización y soporte técnico de vehículos de nuevas tecnologías, además de la fabricación de vehículos tradicionales y componentes básicos. En 2022, obtuvo unos ingresos de 4.350 millones de euros, lo que significa un aumento interanual del 104%.

Entre ellos, el negocio de vehículos de nueva energía logró unos ingresos anuales 3.180 millones de euros, lo que significa un aumento respecto al año precedente del 482,8%, lo que representa el 73,1% de los ingresos operativos de la empresa. En ese mismo año vendieron más de 135.000 vehículos de nueva energía.

Seres 5, impresiona por fuera… y por dentro

Antes de entrar en materia, hay que hablar de su denominación. Y es que el 5 es un número asociado a la cultura china ya que representa las cinco bendiciones para el país asiático: riqueza, felicidad, longevidad, suerte y prosperidad. Y también se asocia con una de las cinco bendiciones, la suerte. Además, en la antigua cultura china, la suerte se asociaba con los cinco elementos que los antiguos chinos consideraban la base del mundo: tierra, agua, fuego, madera y metal. Es decir, lo del 5 no es casual.

Ahora sí, a primera vista, grita desde lejos que se trata de un SUV premium. Y se distancia bastante de otros vehículos chinos con cuatro ruedas. Hay que olvidarse de una apariencia insípida, de acabados interiores mediocres o de motores obsoletos y sus consecuencias. El recién llegado reta a vehículos como el Audi Q4 e-tron, BMW iX3 o, en un escalón por debajo, al Kia EV6. Y por supuesto, al rey de la categoría, el coche más vendido del mundo en 2023: el Tesla Model Y.

Y a pesar de sus dimensiones muy parecidas al Model Y (4,71 metros de longitud, 1,93 de anchura y 1.62 de altura), se presentó en el Salón del Automóvil de Shanghai de 2019, casi dos años antes de la presentación del SUV americano. Así que, esta vez, no se trata de una copia.

Estéticamente se compone de líneas elegantes y fluidas que, según la firma china, se inspiran en la naturaleza. Destaca especialmente por el techo ligeramente inclinado en la trasera, que provoca un curioso y moderno diseño del montante y las ventanillas laterales traseras..

Su parrilla frontal unidimensional, activa en su parte inferior (se abre o cierra para mejorar el flujo de aire), y tiradores de las puertas enrasadas se combinan perfectamente con la tira led trasera que recorre todo el ancho y que cuenta con el logo ‘Seres’ retroiluminado en una zaga que recuerda a la del Porsche Macan.

Para su carrocería hay cinco colores exteriores disponibles que se asocian a dos tonalidades para el habitáculo, lo que significa una de las pocas posibilidades de personalización de cada unidad.

Interior refinado. Mucho

Al entrar en el habitáculo del Seres 5 es donde realmente se rompen los prejuicios sobre los coches chinos. A primera vista y luego con un mayor escrutinio, se descubre la especial atención que se ha prestado a los detalles, la calidad de la construcción y la elección de los materiales.

Los plásticos son todos espumosos y están bien acolchados, incluso en la parte inferior. Y su presentación aquí dentro es muy refinada y, sobre todo, muy minimalista: sin un solo interruptor o botón físico, salvo el volante y los paneles de las puertas.

Y por supuesto, digital. Para empezar, detrás del volante, con una pantalla de instrumentos LCD de 12,3 pulgadas. Con buenos grafismos y muy clara de leer.

Pero el verdadero centro neurálgico y operativo del coche se encuentra en su enorme pantalla táctil central (15,6 pulgadas), que da acceso al sistema de infoentretenimiento Huawei HiCar. Esto le permite acceder a ciertas funciones de uso frecuente con solo tocar un botón, pero para otras, se debe detener el vehículo, porque la cantidad de menús y submenús no son muy fáciles de manejar en marcha y representarían un claro peligro por falta de atención a la vía. Por lo menos hay un asistente de voz, así como ‘mirror-link’ o Apple CarPlay y Android Auto inalámbricos.

Otro ejemplo del equipamiento premium de este Seres 5 son los, de nuevo, cinco tipos de masaje o tres memorias para sus asientos delanteros. Además, cuenta con carga inalámbrica para dos smartphones, un enorme techo solar panorámico o un sistema de iluminación ambiental con 64 colores.

Por cierto, detrás, mucho espacio para sus tres ocupantes (aunque el central no sea un asiento como tal) y asientos calefactables para los dos extremos.

El maletero es uno de los pocos puntos débiles del Seres 5 y es que cubica solo 367 litros de capacidad aunque, por lo menos, lo compensa con un ‘frunk’ o maletero delantero, de 67 litros.

Y si se habla de sistemas de seguridad o asistentes de conducción, hasta 18. Entre otros, lleva control de crucero adaptativo, advertencia de colisión frontal, sistema de frenado de emergencia autónomo, aviso de cambio de carril, alerta de tráfico trasero cruzado, sistema de detección de ángulo muerto o asistente de atascos.

Mecánica eléctrica resolutiva

El Seres 5 está equipado con un motor eléctrico desarrollado por Huawei. Las baterías, de litio ferrofosfato y ensambladas internamente, utilizan celdas Calb, Samsung y BYD. Prometen una capacidad de 80 kWh.

La potencia de carga en corriente continua alcanza los 100 kW que se quedan algo escasos si se compara con sus rivales. Con esta potencia se necesitan 45 minutos para hacer una recarga del 30% al 80%. Si se carga a 7,4 kW, el tiempo de carga total superará las 10 horas.

Gracias a un consumo homologado de 15,2 kWh/100 km, la marca dice que su autonomía llega a los 500 kilómetros, algo utópico, pero nada disparatado. Porque en condiciones normales sí que puede recorrer 380-400 kilómetros con tranquilidad, gracias a un consumo combinado más realista de unos 20-21 kWh/100 km.

Esta unidad de pruebas era el 2WD con tracción trasera y 220 kW (299 CV) con un par motor de 420 Nm. Con un peso que supera los 2.230 kilos, no se mueve mal: pasa de 0 a 100 km/h en 6,8 segundos y alcanza una velocidad máxima de 180 km/h.

En marcha

El Seres 5 cuenta con varios modos de conducción: Eco, Normal, Sport y uno personalizable que modifican la dureza de la dirección, la respuesta del acelerador y la intensidad de la frenada regenerativa. No es posible modificar el nivel de retención a voluntad, ya que este modelo no tiene levas ni un modo B en su caja de cambios.

En carretera hay poco de qué quejarse. No es un deportivo, eso está ya muy claro, pero el confort es excelente. Algo que también pasa con su nivel de sonoridad.

El buen comportamiento de la suspensión se agradece en viajes largos, donde también se comporta muy bien sujetando con dignidad la carrocería cuando la carretera se retuerce y manteniendo un aplomo más que aceptable, sin que se noten las inercias que su peso pudiera dar a entender. El esquema independiente delante y multibrazo detrás, filtra también muy bien los posibles rotos del asfalto.

La dirección transmite bien lo que pasa bajo las ruedas, excepto en momentos puntuales de acelerones, donde se nota que flota ligeramente. Y es que a pesar de rozar los 300 CV, como en cualquier eléctrico, su inmediatez en pasar a las ruedas impresiona. Hay otra versión, con 585 CV por unos 6.000 euros más pero, aunque dispone de tracción integral, con estos 299 hay más que suficientes para cualquier cometido.

El apartado frenos también es destacable, sin tactos ni comportamientos raros, detiene el coche con contundencia y eficacia.

Pero…

No todo podía ser perfecto en el Seres 5, y pincha en uno de los parámetros que, hoy en día, más se tiene en cuenta: el precio. Y es que, con IVA incluido, se va a los 63.500 euros. Solo 2.000 euros por debajo del Audi Q4 e-tron 55 quattro Advanced con 340 CV.

Por lo menos, con financiación y Plan Moves con achatarramiento se queda en 43.850 euros. Además, añade ocho años de garantía o 150.000 kilómetros.

En definitiva, un SUV premium con todas las letras que entraría en la lucha directa con lo mejor de su clase si no fuera por este precio desorbitado y, sobre todo, por unos prejuicios sobre los coches chinos que este coche se encarga de destrozar gracias a una buena ‘pila’ de excelentes argumentos.