Un SUV eléctrico premium, pero más asequible que otros. De tamaño medio y ya disponible, el Audi Q4 e-tron (4,58 metros), se sitúa entre los Q3 (4,48 metros) y Q5 (4,68 metros) de mecánica convencional. Y por precio (desde 44.460 euros sin descuentos), el 80% de sus versiones pueden beneficiarse de las ayudas del Plan Moves III (hasta 7.000 euros), con lo que ya no resulta tan elitista como los modelos eléctricos que le han precedido. Además, a partir de septiembre, llegará la versión Sportback (desde 46.560 euros), con una silueta más deportiva, un maletero un poco mayor, equipo de serie más completo y un sobreprecio de 2.100 euros respecto a la carrocería SUV normal.
El diseño del Audi Q4 e-tron hereda la moderna imagen de la marca, con detalles como la característica parrilla Singleframe, que en este modelo de propulsión eléctrica se diferencia por una máscara que la cubre. También se distingue por las tomas de aire activas laterales Air Curtains, que se abren o cierran de forma automática en función de las necesidades de refrigeración, y por un spoiler delantero que protege las ruedas, mejora la eficiencia y aporta hasta 14 kilómetros más de autonomía.
Y otro detalle del frontal muy distintivo y tecnológico en este modelo son unos faros de led con cuatro firmas lumínicas diferentes, que el conductor puede seleccionar con el mando de infoentretenimiento MMI
En el lateral, destacan unos pasos de rueda ensanchados, las llantas de gran tamaño (19 o 21 pulgadas) y unas taloneras que marcan la base donde se alojan las baterías. Y en la trasera, la carrocería sobresale por un pilar del techo muy característico, así como por el gran difusor inferior que remata el fondo carenado y plano, desarrollado así para mejorar la aerodinámica. Este aspecto está muy trabajado en el Audi Q4 e-tron, con un bajo coeficiente Cx: 0,28 en el SUV y 0,26 en el Sportback.
Interior sofisticado
Por dentro, el Audi Q4 e-tron se distingue sobre todo por una pantalla multifunción de 10,1 pulgadas que, opcionalmente y a final de año, podrá ser de 11,6, la más grande que ha montado un Audi hasta ahora. Pero también llama la atención un nuevo volante multifunción de arco achatado con mandos táctiles y un avanzado sistema de proyección de datos en el parabrisas (Head-up Display), que usa símbolos de realidad aumentada para facilitar la navegación. Además, el interior del Q4 e-tron aporta una calidad, vistosidad y exclusividad superiores a las de otros modelos eléctricos del mismo segmento, incluidos otros del grupo Volkswagen como los ID.4 o Skoda Enyaq iV, que pecan de parcos en su puesta en escena.
La habitabilidad del Audi Q4 e-tron convence por el espacio disponible, muy liberado y diáfano. Lo es gracias a la generosa distancia entre ejes (2,77 metros) y a una mecánica eléctrica muy compacta. Incluso puede compararse en este sentido (y a favor) con su hermano mayor el e-tron (4,90 metros), ya que consigue cinco plazas muy desahogadas y un buen maletero de 520 litros (que sube a 535 en el Sportback), pero con un formato más compacto y manejable en ciudad. Y añade numerosos huecos aprovechables para guardar objetos (24,8 litros de capacidad).
La gama mecánica inicial se compone de tres versiones similares a las que se pueden encontrar en otros modelos eléctricos con la plataforma MEB del grupo. La de acceso es la 35 e-tron (desde 44.460 euros), de propulsión trasera y con una batería de 55 kWh (340 kilómetros de autonomía) y un motor de 170 CV. Le sigue la 40 e-tron (desde 48.910 euros), con una pila más grande (82 kWh y 519 kilómetros de autonomía) y mayor potencia (204 CV). Y la variante de acceso es la 50 Quattro (desde 58.160 euros), que añade un segundo motor en el eje delantero (299 CV en total, con tracción integral) a cambio de reducir algo su autonomía (486 kilómetros).
En cuanto a la recarga de la pila, el Audi Q4 e-tron está preparado para acudir a tomas con potencias de hasta 125 kW y recuperar del 5% al 80% en 38 minutos y, en solo diez, ganar hasta 130 kilómetros de autonomía. Con la compra, Audi ofrece ventajas como la tarjeta de carga e-tron (con acceso a 220.000 puntos de carga europeos), descuento del 60% en la red de carga rápida Ionity o la instalación de un cargador doméstico del tipo Wallbox por 1.400 euros (sin IVA).
Ahorro de energía
En la primera toma de contacto con el Audi Q4 e-tron se probó la versión intermedia, la 40 e-tron, que, por precio y versatilidad, será la más demandada. En un recorrido de 115 kilómetros que incluía autovía, carretera comarcal y dos puertos de montaña con desniveles importantes, el Audi destacó por su eficiencia y en particular por su eficaz gestión y regeneración de la energía disponible. En la salida, el ordenador anunciaba 375 kilómetros de autonomía y a la llegada conservaba todavía 265, registrando un consumo medio de 21,1 kWh/100 km, muy cercano al declarado (20,1). Y resulta muy fácil alargar la carga si se usa adecuadamente el sistema de frenada regenerativa, que actúa en cuatro niveles según la fuerza de retención. E incluye un modo B que regula la retención de forma automática en función del tráfico, la velocidad y la orografía de la carretera.
Las prestaciones y la respuesta son más que suficientes en cualquier tipo de terreno (8,5 segundos de 0 a 100 km/h), y la dinámica es similar –por su nobleza– a la de otros Audi equiparables con mecánica tradicional. En comparación, su condición de eléctrico solo se notará en las frenadas, más largas, y las inercias en curva, más acusadas, sobre todo en carreteras de montaña. Y es que el Q4 e-tron 40, debido a sus baterías, pesa en vacío 2.050 kilos.
Por lo demás, tanto en carretera como en ciudad, se aprecia su rodar silencioso y la comodidad de las suspensiones (multibrazo en el eje trasero). El tacto al volante es exquisito y el aislamiento general aporta a los pasajeros el sofisticado ambiente que siempre se espera en un coche de gama premium.
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