De los más pequeños a los más potentes

Los estrenos principales del certamen suizo, que arranca el próximo jueves día 6, se situarán en los extremos del mercado: mini coches para la ciudad y superdeportivos

De los más pequeños a los más potentes

Urbanitas y superdeportivos acapararán el protagonismo en el próximo Salón de Ginebra 2014 (del 6 al 16 de marzo). La muestra suiza vuelve a reunir un buen número de estrenos mundiales y se confirma como uno de los certámenes más importantes del sector del automóvil. Aunque todavía ni ha empezado, ya hay más de 10 primicias a la espera de presentarse en sociedad.

A pesar de la disparidad de planteamientos, unos y otros tienen un denominador común: la reducción de los consumos y emisiones. Y para conseguirlo comparten también algunas soluciones, como la mayor ligereza y la aplicación de nuevas mecánicas más eficientes. Mientras los modelos de ciudad recurren al downsizing de los motores (reducción del número de cilindros y el cubicaje), los supercoches utilizan también esta alternativa y añaden el turbo, que permite mantener una potencia y prestaciones a la altura de lo esperado en estos automóviles de ensueño.



Diseños vistosos




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Citroën C1.


Aunque son los coches más pequeños y económicos del mercado, la nueva colección de urbanitas que se desvelará en Ginebra muestra una mayor atención por el diseño y la personalización, y un salto cualitativo general.

El nuevo Twingo, junto con su pariente el nuevo Smart Forfour, se podrán decorar casi a la carta. Y lo mismo sucede con los trillizos Citroën C1, Peugeot 108 y Toyota Aygo, que irán un poco más allá y ofrecerán hasta una variante de carrocería destapable, con un techo de lona que se podrá replegar hacia atrás para descubrir el interior. Los cinco añadirán además detalles modernos como pantallas táctiles y las últimas tecnologías de conectividad.

El Suzuki Celerio es el único que se descuelga de la tendencia y apuesta por mantener un planteamiento elemental que permita reducir el precio al mínimo posible.



Si empezamos por los urbanitas, la segunda generación de los trillizos que desarrollan y fabrican en común Peugeot, Citroën y Toyota desde 2005, es decir, los nuevos 108, C1 y Aygo, respectivamente, serán las estrellas destacadas. Mantienen las versiones de tres y cinco puertas y un tamaño mínimo (3,46 metros de largo), pero ahora con una imagen más atractiva y motores de tres cilindros con consumos mejorados: desde 3,4 litros y 88 g/km de CO2. Aparecerán en la segunda mitad de año.

La alternativa a los trillizos es el nuevo Renault Twingo, que saldrá a la venta en primavera, aunque no llegará a España hasta noviembre: tendrán preferencia los países donde ha tenido más éxito. El coche de ciudad francés equipa una mecánica alternativa: lleva el motor y la propulsión atrás. Y este detalle permite ofrecer un interior más amplio a pesar de medir solo 3,58 metros de longitud, 10 centímetros menos que su antecesor. La paleta de estrenos de coches pequeños se completa con el Suzuki Celerio, un monovolumen urbano muy básico del que todavía no hay información, pero que buscará su hueco con precios muy ajustados.

En el extremo opuesto del mercado se sitúa la última oleada de superdeportivos, con el Lamborghini Huracán de estrella principal, el McLaren 650S de coprotagonista y la nueva versión del Ferrari California de artista invitado. Y en planos inferiores destaca el nuevo Audi TT.

Pero entre medias de todos ellos llega otro aluvión de novedades con mayor peso comercial. Algunos son revolucionarios, como la versión definitiva del C4 Cactus, el familiar económico poscrisis que abre una nueva etapa en Citroën, o el BMW Active Tourer, primer monovolumen de la marca bávara. Y otros son más convencionales, como los Peugeot 308 SW y Jeep Cherokee.

Por último, el proceso de electrificación del automóvil sigue adelante de forma lenta, pero segura, y en Ginebra se mostrarán los últimos avances, como el VW Golf GTE híbrido enchufable y la evolución del Kia Optima Hybrid, que estrena baterías más capaces.

La eficiencia del turbo

Los últimos deportivos de ensueño sustituyen los propulsores clásicos de gran cilindrada por otros más pequeños apoyados por la sobrealimentación. Adiós a los caballos desbocados. La eficiencia, valor clave de la movilidad moderna, empieza a extenderse también entre los supercoches.







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McLaren 650 S.




Si en 2013 se pudieron ver ya tres deportivos de gran calibre con apoyo eléctrico, como los Porsche 918 Spyder, McLaren P1 y Ferrari LaFerrari, en este Salón de Ginebra se mostrarán otros tres modelos que apuestan por una receta más clásica y buscan en la aplicación del turbo una salida que permita aumentar la potencia sin tener que asumir incrementos exponenciales del consumo. El California T de Ferrari es uno de los mejores ejemplos. Da el relevo al California actual y equipa un nuevo motor 3.9 V8 biturbo que logra rendir 560 CV, 70 más que el 4.3 V8 del California saliente, y gastar al mismo tiempo 10,5 litros de media oficial, un ahorro de nada menos que 2,6 litros, gracias también a la aplicación del sistema start & stop,  de parada y arranque automáticos. McLaren sigue el mismo camino en su 650S, un nuevo modelo que se sitúa entre los MP4-12C y P1 de ahora, y recurre a una mecánica 3.8 V8 biturbo de 650 CV. Su cilindrada relativamente contenida ayuda a reducir el gasto en conducción tranquila: 11,7 litros de consumo promedio homologado. Ambos fabricantes están también influenciados por el cambio de normativa en la Fórmula 1, que ha introducido el regreso de los motores turbo: se va a pasar de los 2.4 V8 de 2013 a los nuevos 1.6 V6 turbo de 2014.







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Lamborghini Huracán.




Lamborghini, en cambio, nada a contracorriente y mantiene en el Huracán, sustituto del Gallardo, un enorme propulsor 5.2 V10 de 610 CV. Es el mismo del modelo anterior, aunque con varias mejoras que hacen posible reducir el consumo de 13,7 litros a 12,5. Es un claro paso adelante, pero queda lejos de los mejores registros obtenidos por Ferrari al cambiar la mecánica por otra turbo.

Los motores funcionan quemando una mezcla de aire y combustible. Los turbos introducen una mayor cantidad de aire a presión en el propulsor, y así consiguen aumentar la potencia. Por eso se denominan también sistemas de sobrealimentación. La gestión electrónica afina los resultados y, hasta cierto punto, hace posible ganar caballos sin que el consumo cambie sensiblemente, al menos en las pruebas de homologación que determinan lo que gasta cada modelo.

Estas tres joyas de la ingeniería que se podrán ver en la muestra helvética tienen su comercialización prevista para la próxima primavera. Y aunque todavía no hay precios confirmados, rondarán los 220.000 euros cada uno.

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