La moda SUV ha invadido los catálogos de las marcas y, como consecuencia, también las carreteras y las ciudades. En estas últimas, los coches con este formato ocupan más espacio que los modelos tradicionales y su mayor tamaño también provoca que consuman mayor cantidad de combustible y, por lo tanto, emitan más gases contaminantes.
Francia ha sido el primer país europeo en gravar con tasas superiores a los vehículos de este tipo y, desde enero de 2022, ya aplica un impuesto especial a los turismos nuevos que en general pesen en vacío más de 1,8 toneladas.
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En concreto, los coches que exceden ese límite fiscal recientemente establecido pagan 10 euros por cada kilo extra, lo que significa en algunos casos un sobreimpuesto del orden de 2.000 euros en los SUV más grandes, que se mueven alrededor de las dos toneladas.
Tiempo de aparcamiento y tipo de motor
Pero la batalla de las administraciones galas contra este tipo de coche, ahora tan popular, no se ha frenado ahí. Los ayuntamientos de grandes capitales como París o Lyon se suman a la cruzada y han anunciado que impondrán a los SUV otra serie de gravámenes para poder aparcar o circular por sus calles.
Así, el Consejo Municipal de París acaba de aprobar una tasa de aparcamiento específica para los SUV que estacionen en la capital francesa. Y parece que no será el único impedimento para esta categoría, ya que la cuantía para aparcar esta clase de vehículos tendrá una tarificación progresiva atendiendo no solo a su peso, sino también a la duración del estacionamiento, el tipo de motor y el propio tamaño del vehículo.
Y es que los responsables municipales han esgrimido, para concretar sus propuestas, otros argumentos, además del peso superior de los SUV. Según los representantes del consistorio, los ciudadanos también se ven perjudicados a nivel estético y en cuanto a su seguridad por culpa de estos turismos de carrocería sobredimensionada.
Así, se ha puesto de relieve el concepto de contaminación estética en las calles al ocupar los coches SUV un mayor espacio público con respecto a los tradicionales. Y también aluden a la mayor peligrosidad de los SUV de carrocería elevada hacia los peatones y los usuarios de la vía más vulnerables. Y es porque son más perjudiciales en los accidentes por su mayor masa y altura, lo que provoca lesiones más graves en caso de impacto o atropello.
El reparto justo del espacio público
A París le ha seguido Lyon donde, a partir de 2024, las tarifas de aparcamiento también se aplicarán bajo un criterio ecológico y social similar, teniendo en consideración la categoría de cada coche. Garantizar un reparto justo del espacio público, seguir una política que favorezca la salud general de la población y responder a la alarma ante el cambio climático son las premisas que han decidido en este caso a los responsables municipales para adoptar estas imposiciones a los SUV.
Sin embargo, este impuesto local por estorbar más en la vida diaria ciudadana de los lioneses no solo va a afectar a los coches de formato todoterreno puesto que el criterio de peso se va a aplicar en general a todo tipo de turismos. Así, los que dispongan de un motor térmico y excedan de 1.725 kilos en la báscula, se verán también gravados, al igual que los híbridos enchufables con un peso superior a 1.900 kilos e incluso alcanzará a los modelos que lleven etiqueta Eco, pero que rebasen los 2.200 kilos.
Se trata de unas medidas que, como ha ocurrido con las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE), es previsible que se implanten próximamente en otras ciudades de Europa y sin posibilidad de revertirse. Las categorías tradicionales del mercado del automóvil (utilitarios, compactos, turismos, familiares…) han menguado espectacularmente su presencia en las listas de matriculaciones y su masiva sustitución por modelos de carrocería SUV, más grandes y pesados, ha provocado un creciente rechazo en el ámbito urbano, donde cada vez se aboga más por un transporte ligero y menos invasivo.
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