Pocos españoles han dejado de viajar en alguna ocasión en un Seat. Y es, que durante décadas, los modelos de esta marca fueron los automóviles más populares en España, omnipresentes en forma de vehículos oficiales, taxis, coches de autoescuela o, sencillamente, como primera opción a la hora de adquirir un automóvil ya fuese nuevo o usado.
El origen de la marca se inició en los años 50, cuando las penurias de la postguerra pudieron, al fin, dar paso a un nuevo periodo de desarrollo económico e industrial. Las carencias anteriores y el aislamiento comercial se tradujeron también en una total ausencia de automóviles para satisfacer la progresiva demanda de motorización por parte de la sociedad española.
Un atraso respecto al resto de Europa que se quiso contrarrestar con el Instituto Nacional de Industria (INI), un órgano gubernamental creado dentro de los planes desarrollo con el objetivo de reindustrializar el país en un breve plazo. Y para recuperar aquél desfase histórico en el sector del transporte, los responsables del instituto fundaron en 1950 la Sociedad Española de Automóviles de Turismo (SEAT).
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En aquellos años, la inexistencia de tecnología propia obligó a que la nueva compañía arrancase bajo los auspicios de Fiat, una marca italiana que determinó los primeros pasos de la recién nacida Seat.
Tan solo tres años más tarde del acuerdo, en 1953, se inauguró la primera fábrica de Seat. Su plantilla sumaba 925 empleados y se encontraba situada en la Zona Franca de Barcelona, un lugar muy estratégico por sus comunicaciones marítimas al estar próxima al puerto de la ciudad. Y muy pronto también daría pie a la creación de una red de proveedores que dinamizaron en gran manera sus alrededores y otros lugares de España.
El primer modelo en salir de la flamante cadena de montaje fue la berlina 1400. Pero la necesidad más perentoria en aquellos momentos era disponer de un utilitario asequible que pudiera ofrecer un fácil acceso a un coche para la mayoría de los potenciales clientes de la marca.
Un cometido que sería encomendado al segundo modelo lanzado por Seat, el 600, que por su excepcional éxito se convertiría en todo un fenómeno sociológico que trascendió lo puramente automovilístico.
Hasta dos años de espera
El precio del 600 equivalía entonces a unos 118 euros de la actual divisa europea (18.000 pesetas), una cifra que si bien ahora parece ridícula, a principios de los años 50 del pasado siglo equivalía al triple de la renta media de los españoles.
La producción del 600 pronto se disparó hasta el límite de la capacidad que tenía la factoría catalana, pero aún así no llegaba a satisfacer la demanda y, al llegar la década de los 60, el plazo de entrega para conseguirlo rondaba los dos años de espera.
A partir de entonces, Seat añadió otros nuevos modelos a su oferta. Como la popular berlina 1500, el 850 (sucesor del 600), el polivalente 124 y, ya en los años 80, el Ibiza, un nuevo utilitario diseñado por el famoso Giugiaro que en sucesivas generaciones ha perdurado en el catálogo de Seat hasta nuestros días.
El año 1986 supuso otro importante avance en la compañía ya que fue adquirida por Volkswagen. El primer paso en España del grupo alemán fue construir en la localidad de Martorell (Barcelona) una nueva y moderna factoría, al haber quedado obsoleta la anterior de la Zona Franca para poder alcanzar unos nuevos y más ambiciosos objetivos de producción que cubrieran tanto la demanda local como las exportaciones previstas.
En 1991 el Seat Toledo marcó el inicio de esta nueva etapa, durante la cual la marca española siguió creciendo y además ganó un merecido prestigio internacional por la calidad de fabricación y su fiabilidad. Y además siguió registrando grandes aciertos a la hora de lanzar modelos populares y súper ventas en segmentos muy diversos, como no tardarían en demostrar el compacto León o el monovolumen de tamaño grande Alhambra.
A día de hoy, la fábrica de Martorell dispone de una superficie de 2,8 millones de metros cuadrados y es la planta española con mayor volumen de producción anual (425.000 unidades). Emplea directamente a 7.000 trabajadores y su oferta de modelos se exporta a 72 países de todo el mundo.
La gama actual Seat se compone del utilitario Ibiza, el compacto León y los modernos SUV de diferentes tamaños: Arona, Ateca y Tarraco. Y en pleno proceso de electrificación, la marca española se ha permitido además gestar en su seno otra nueva y más exclusiva, bautizada Cupra, como anteriormente se llamaba su división de versiones deportivas.
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Cuatro décadas informando sobre el mundo del motor y probando coches de todas las categorías. Después de trabajar en diversos medios especializados (Velocidad, Auto1, Solo Auto, Motor 16, Car and Driver, EcoMotor...), ahora en Prisa Media para seguir cubriendo la actualidad en plena revolución tecnológica del automóvil.