Son automóviles que han salido al mercado durante el último año, y cada uno recoge valores propios que les han convertido en referencias en sus categorías. La lista incluye 11 modelos de siete fabricantes distintos: Audi, BMW, Cupra, Dacia, Jaguar, Renault y Volkswagen.
Hay coches de bajo coste, con precios mínimos pero de buena calidad; diésel modernos, con sus bajos consumos de siempre y ahora con emisiones depuradas e incluso etiqueta ECO; híbridos enchufables, que pueden circular solo con electricidad y estacionar gratis en la calle, e incluso deportivos, que recurren a las últimas tecnologías para reforzar la emoción al volante.
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La evolución del ‘low cost’
El Dacia Duster, que se acaba de renovar, es uno de los SUV más económicos del mercado. Y, para lo que cuesta, resulta casi una compra maestra, porque tiene un diseño vistoso, buen espacio interior y aptitudes para cumplir como coche único. Mide 4,34 metros y su maletero cubica 434 litros.
Sin embargo, hay detalles en su conducción que revelan el planteamiento sencillo de Dacia. Por ejemplo, la dirección, demasiado lenta, que exige girar mucho el volante para inscribir el coche en las curvas; la insonorización de la cabina, mejorable, y el tacto algo duro e impreciso del cambio.
Se vende por poco más de 15.000 euros (675 euros más con aire acondicionado) con un motor de gasolina de 100 CV (también funciona con gas GLP y recibe etiqueta ECO) y cambio manual de cinco marchas. Y su consumo en uso diario, por ciudad y autovías de circunvalación, ronda los 7,5 litros de gasolina cada 100 kilómetros.
Pero incluso los modelos de bajo coste evolucionan rápido, y el nuevo Dacia Sandero, el utilitario de la marca, lo demuestra. Para empezar por su diseño exterior, que muestra un punto más de presencia y elaboración, y siguiendo por el interior, que recoge materiales más cuidados y está mejor aislado acústicamente.
Su chasis es nuevo y aporta mayor confort y precisión de guiado, con una dirección más rápida y un comportamiento general más conseguido. Y aunque el motor de 100 CV es el mismo del Duster, lleva un nuevo cambio de seis marchas que permite aprovecharlo mejor y que presenta asimismo un accionamiento más suave y preciso. Al volante, ya casi nada revela que se está llevando uno de los coches más baratos del mercado, y deja una impresión superior a la del Duster y cercana a la de los utilitarios de precio normal, aunque todavía un punto inferior.
Mide 4,09 metros y su maletero ofrece 328 litros. Pero lo mejor es que se vende desde menos de 9.500 euros (aunque con un motor poco potente, de 67 CV). La versión probada sube a 100 CV, permite viajar y, como funciona también con GLP, tiene distintivo ECO. Y sale por 11.900 euros, 12.400 con aire acondicionado. Sus consumos son mínimos, porque en uso diario, con gasolina, puede bajar de seis litros a los 100 kilómetros.
El SUV de moda
El SUV de moda es el Cupra Formentor, del que hemos podido probar la versión de acceso (150 CV y 4×2) y una de las superiores (310 CV y 4×4). Y nos ha gustado más, comparativamente, la primera. Ambas llevaban cambio automático DSG y disponen de etiqueta C.
Las dos ofrecen un tacto de conducción más directo y un comportamiento más ágil de lo normal entre los SUV medios, y transmiten sensaciones al volante más propias de un familiar compacto de corte dinámico, sin menoscabo del confort. Miden 4,45 metros, pero el maletero del Formentor de 150 CV tiene 450 litros y el del más potente baja a 420. Entre los aspectos mejorables está el habitáculo, menos amplio que el de otros modelos similares.
El Cupra de acceso tiene potencia de sobra para cualquier uso (motor 1.5 turbo de 150 CV), y aporta buena respuesta, con un 0 a 100 km/h en 8,9 segundos. Pesa menos que su hermano más potente (1.460 kilos frente a 1.640) y tiene unas maneras en curva más ágiles, porque es más liviano y porque el eje trasero ayuda a redondear los virajes más que en el otro. Y en un uso real diario, el consumo se estabiliza en torno a ocho litros cada 100 kilómetros. Cuesta 31.800 euros.
El Cupra de 310 CV (motor 2.0 turbo), por su parte, rueda con mayor aplomo y tiene un tacto más sólido, por su mayor peso, suspensión más firme y ruedas más grandes. Y ofrece prestaciones espectaculares (4,9 segundos en el 0 a 100 km/h) y sensaciones de súper GTi. De hecho, es el SUV medio deportivo con mejor dinámica.
Mantiene buen confort para el uso diario y, con una conducción tranquila en los recorridos habituales (ciudad y autovías urbanas), el consumo ronda los 10 litros cada 100 kilómetros. Al aprovechar su potencial, eso sí, que es enorme, el gasto se va disparando. Tiene un precio de 44.900 euros.
La eficiencia del diésel
Los consumos que aportan los motores diésel siguen siendo imbatibles, como se ha podido comprobar con tres modelos diferentes: el familiar compacto Audi A3 Sportback (2.0 TDI automático de 150 CV), la ranchera media BMW Serie 3 Touring (2.0d automático de 190 CV) y la berlina cupé grande Volkswagen Arteon (2.0 TDI automático de 200 CV).
Todos llevan AdBlue, el sistema de descontaminación que reduce al mínimo (y al nivel de los gasolina) la emisión por el escape de óxidos de nitrógeno (NOx).
El Audi A3 se ha conducido en ciudad y autovías del extrarradio, y se conformó con seis litros cada 100 kilómetros. Sus 150 CV diésel mueven el peso mejor que los motores de gasolina de la misma potencia (tiene más par), y apenas se aprecia que su propulsor es de gasóleo, porque funciona con finura y está muy bien insonorizado. El coche transmite calidad y rueda con ese toque preciso y refinado que distingue a los modelos exclusivos de los populares. El compacto de Audi mide 4,34 metros, tiene 380 litros de maletero (se puede quedar justo para el uso familiar) y cuenta con etiqueta C. Y esta versión se vende desde 34.800 euros, una tarifa elevada.
El BMW Serie 3 Touring se ha probado en los mismos escenarios que el Audi y, a pesar de su mayor tamaño y peso, el consumo solo subió a 6,5 litros. Y sus 190 CV otorgan prestaciones brillantes: de 0 a 100 km/h en 7,1 segundos. Llega a 4,70 metros y tiene una zona de carga de 500 litros. Y como incluye hibridación ligera, dispone de distintivo ambiental ECO, un valor añadido. Este BMW destaca por su conducción, porque es una de las berlinas medias que proporciona al conductor mayor conexión con el vehículo. Tiene propulsión trasera y lo hace todo bien, aportando confort y también dinamismo, en una combinación de alto nivel y casi única. Lo menos bueno: peca de un precio elevado, desde 48.850 euros, y sus plazas traseras ofrecen un espacio solo correcto.
El Volkswagen Arteon, por su parte, se ha analizado en un viaje de largo recorrido por autopista. Y aunque rinde 200 CV, mide casi 4,9 metros y se acerca a los 1.700 kilos, a 120 km/h gasta solo siete litros cada 100 kilómetros. Incluso en carretera secundaria, practicando un manejo deportivo (aceleraciones intensas, frenadas, cambios de ritmo…), el consumo se mantiene por debajo de nueve litros. La cabina es muy amplia y el maletero también (563 litros), y en marcha sobresale por la respuesta llena del motor y por su calidad de rodadura, con una pisada firme, refinada y silenciosa que se disfruta. De hecho, contiene tan bien la sonoridad que llega del asfalto, que la que proviene del aire sobre la carrocería, aunque está también bien contenida, parece comparativamente peor. Esta versión se asocia al acabado R-Line (imagen más deportiva), cuesta 50.800 euros y dispone de etiqueta C.
Dos híbridos enchufables
Uno popular y eficiente, el Renault Mégane E-Tech con carrocería familiar Sport Tourer, y otro exclusivo y de altas prestaciones, el SUV medio Jaguar F-Pace 400e. Pero los dos con etiqueta Cero y aparcamiento gratuito en la calle.
El modelo de Renault suma 160 CV y su cambio automático carece de embrague y sincronizadores para las marchas, porque estas funciones las realizan dos motores eléctricos. Y en conducción normal funciona con gran suavidad. En cambio, al demandar una aceleración repentina (como para adelantar, por ejemplo) tarda en reaccionar. En las pruebas, realizadas por ciudad y alrededores, la batería dio para recorrer 40 kilómetros con electricidad (54 oficiales) y después, ya sin carga, el consumo se estabilizó en 5,5 litros.
Si se decida la energía de la pila al modo híbrido, en lugar de al eléctrico puro, se pueden conseguir gastos de unos tres litros en los primeros 100 kilómetros recorridos. Su carrocería familiar mide 4,63 metros y ofrece buena habitabilidad, pero el maletero apenas llega a 389 litros por la batería y puede quedarse justo para el uso familiar. Prestaciones correctas, sin más, y un precio contenido entre los híbridos enchufables: desde 32.500 euros.
El Jaguar F-Pace P400e, por su parte, tiene otro concepto, más enfocado a la deportividad. Rinde 404 CV y corre mucho (5,3 segundos en el 0 a 100 km/h), y lo hace desde que se arranca, sin necesidad de conectar modos deportivos ni ajustar la mecánica. Pero su potencial va envuelto en seda, y ofrece un tacto mecánico y una rodadura muy finos, y suena lo justo para emocionar sin molestar en los desplazamientos largos.
Con este modelo se ha realizado un viaje por autopista a 120 km/h. Se partió con la batería cargada y en modo híbrido. Y mientras duró el apoyo eléctrico de la pila (98 kilómetros), el consumo fue de 6,5 litros. Después, el resto del trayecto, subió a nueve. Mide 4,74 metros, acaba de estrenar un interior de mayor calidad y su maletero merma cae a 354 litros y resulta pequeño para las necesidades familiares. El todocamino de Jaguar está disponible desde 73.000 euros y conviene mirarlo con otros ojos para apreciar sus valores: no es un híbrido enchufable que gaste poco, pero sí un SUV de altas prestaciones con consumos razonables y las ventajas del distintivo Cero.
Deportivos especiales
El nuevo Volkswagen Golf R, el último super-GTi del mercado, tiene 320 CV (310 CV el anterior) y transmite sensaciones diferentes al acelerar: ahora responde con un poco menos contundencia a bajas vueltas, pero a cambio tiene más nervio arriba y sube más de revoluciones (casi 7.000 rpm), y la potencia va creciendo con mayor progresividad, como si fuera un propulsor atmosférico en lugar de turbo. Lleva cambio automático DSG de siete marchas y acelera con gran rapidez: de 0 a 100 km/h en solo 4,6 segundos.
El modelo de Volkswagen es un coche firme, pero sin extremismos, y mantiene un confort razonable que permite el uso diario y los viajes. Mide 4,29 metros y tiene un maletero de 374 litros. Y tanto la suspensión como la sonoridad se pueden ajustar y poner en modo tranquilo. Entra mejor en las curvas que el modelo saliente, frena también con mayor poderío, y la nueva tracción 4×4 (que reparte el empuje entre las ruedas traseras de forma independiente) imprime mayor agilidad en los giros, reduce el subviraje y permite, incluso, activar un modo de derrapaje controlado. En viajes a 120 km/h consume en torno a nueve litros; en el uso diario por ciudad ronda los 10, y con tráfico denso o en conducción deportiva, pasa de 12. Precio: 52.840 euros. Etiqueta C.
Y de cierre, el BMW Serie 8, el cupé superior de la marca, un modelo Gran Turismo con una imagen imponente, gran calidad y el aura sofisticada de los supercoches. Llega casi a 4,9 metros de largo, incluye 2+2 plazas (las traseras pequeñas, solo para niños y apuros) y tiene un maletero de 420 litros. Y al volante, combina de forma exquisita confort y dinamismo. Su motor diésel, uno de los mejores del mercado, rinde 320 CV y aporta prestaciones elevadas con consumos reducidos. En uso normal ronda los siete litros, y si se le exige no suele pasar de nueve.
Y tiene además un sonido estimulante, desconocido hasta ahora en los propulsores de gasóleo. Su peso es alto, 1.900 kilos, pero la dirección a las cuatro ruedas, la tracción 4×4 deportiva (manda mayor fuerza al eje trasero) y la suspensión electrónica, entre otras cosas, difuminan su tonelaje y hacen que se maneje como si fuera más pequeño y ligero. Es uno de los mejores automóviles del mercado, pero, aun así, tiene un precio exagerado que supone su principal punto débil: 112.600 euros. Etiqueta C.
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